En un rincón de La Plata, Argentina, a principios del nuevo milenio, nació una banda que desafiaría las expectativas y redefiniría la escena musical local: Cruzando el Charco. El grupo se formó en 2008, compuesto originalmente por Francisco Lago (voz y guitarra acústica), Pablo "Piki" Coll (guitarra eléctrica), Lucas Filetes (bajo y coros), y Julio Clavell (batería y percusión). Sus primeros pasos fueron modestos, pero desde el principio demostraron un potencial innegable.
El sonido de Cruzando el Charco es una mezcla exquisita de rock, pop y elementos del folclore argentino. Una fusión que permite a la banda experimentar sin perder de vista sus raíces. Sus letras son reflexivas, profundas y a menudo abordan temas cotidianos con una perspectiva poética que resuena con sus seguidores. Además, su propuesta musical integra una diversidad de instrumentos y ritmos, lo que les ha permitido destacar en la escena musical.
En 2012, la banda lanzó su primer álbum de estudio, “Perdonar”, una obra que los puso en el radar de la crítica especializada y del público. Este disco reflejó no solo la habilidad musical del grupo, sino también su capacidad para conectar emocionalmente con sus oyentes. Temas como "Imán" y "Momento postal" capturaron corazones y oídos, consolidando su reputación como una banda prometedora.
El éxito de “Perdonar” abrió puertas a muchas oportunidades para la banda. Participaron en festivales importantes y tuvieron la ocasión
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Letra Adonde están - Cruzando el Charco
Reprimir el costado mas sentimental
de esa fiera que guardás ahí
si te queda en el pecho un barrial
a la noche, ¿quién se va a dormir?
Si mañana prometés cambiar,
desterrarte de ese cruel festín
la palabra no la va a olvidar
de esa gente que siempre está ahí.
Cuándo se van, ¿habías sentido la soledad?
¿A dónde están los que decían querer verte bien?
te aconsejaban si no dabas más
y ahora no hay nadie, te duele saber
que vas temblando contra la pared.
¿a dónde vas? ¿en qué refugio guardarás tu piel?
fue aquella dama que robó tu fe.
Son tantas noches sin amanecer,
y estás llorando desde que se fue.
Rebelión, tu garganta quiere reventar,
en un grito nunca más sufrir
y el aguante se hace realidad
cuando el miedo deja de existir.
Si sabés que esas cosas te roban la calma
no medís consecuencias y sólo vivís.