Te puedes a todo acostumbrar
Una serenata a la luna
El lamento por un tiempo que se fue
No habrás arrojado en vano a la basura,
Sin querer
Y sin saber muy bien qué hacer, tu lucidez.
Las penas del rencor son como espinas
Se clavan en el alma y sin piedad
Como el fuego te abrasa las mejillas
Como la vida que termina a la orilla del mar.
Las mañanas son eternas
Por la noche no se puede descansar
Las exigencias modernas
En soledad, en soledad.
Las penas de la vida son inmensas
Y cada uno tiene su opinión
Qué podría yo añadir a tanta confusión
Te puedes a todo acostumbrar
Incluso a lo peor.
Pudiste haber escrito mil novelas
"El guardián entre el centeno" o algo mejor
Ahora ves pasar en el reloj las horas muertas
Y en tu cabeza sobrevuela la estela del dolor.
Las mañanas son eternas
Por la noche no se puede descansar
Las exigencias modernas
En soledad, en soledad.
Las penas de la vida son inmensas
Y cada uno tiene su opinión
Qué podría yo añadir a tanta confusión
Te puedes a todo acostumbrar.
Las penas de la vida son inmensas
Y cada uno tiene su opinión
Qué podría yo añadir a tanta confusión
Te puedes a todo acostumbrar
Incluso a lo peor.
En esta canción de Enrique Bunbury, se nos presenta la imagen de una serenata a la luna, donde se lamenta por el tiempo que ha pasado. Habla sobre la sensación de haber desperdiciado algo sin intención, mientras se enfrenta a la incertidumbre de qué hacer con su claridad mental.... Significado de la letra