En el vasto universo de la música alternativa, existen pocos nombres que resuenan con la misma fuerza y misticismo que el de TK. Con una trayectoria que abarca varias décadas, TK se ha consolidado como uno de los pilares del rock y pop latinoamericano. Aquí te contamos su historia completa, desde sus humildes inicios hasta sus mayores éxitos y legado perdurable.
El origen de TK se remonta a la ciudad de Lima, Perú, cuando un grupo de amigos universitarios decidió unirse para realizar su pasión musical. Inicialmente, comenzaron tocando en pequeños locales y fiestas universitarias. La banda fue formada en 2001 por el vocalista Emilio Pérez, el guitarrista Juan Carlos Fernández, el bajista Leonardo García y el baterista Mauricio Salazar. Cada miembro contribuyó con su propio estilo y afinidad musical, lo cual llevó a la creación de un sonido único y distintivo.
En 2002, TK lanzó su primer álbum, "Treinta Segundos Después". Este trabajo no solo demostró el talento del grupo, sino que también captó rápidamente la atención de la crítica y el público. Canciones como "Inminente Conjunción" y "Nunca Más" se convirtieron en himnos de la generación joven, resonando con temas de amor, desilusión y esperanza.
El éxito del álbum inaugural permitió al grupo obtener contratos para presentaciones en festivales de música importantes en América Latina. La autenticidad y pasión transmitida en cada show en vivo contribuyeron a incrementar su base de seguidores.
747 (E . Pérez de Armas)
No he dicho esa frase
En ella lo acepto
Tristeza pendiente
Retrato indecente
Ideas te embrujan
Atiendes temblando
Revisas tu credo
Relajas el vientre
Me siento incompleto
Araño el placer
Te pido perdón
Por darte mi mano
Coro:
Y estabas bailando
Con ella risueña
Prohibida la escena
Violaban la ley
Amaban con ver
Sentías ser rey
Caías sin peso
Abrías el nexo
Rozabas su tacto
Me duele su vista
Entiendo su amor
Deseo inquietante
Reencarno mi vida
Semblante bendito
Mujer sin igual
Te doy yo las gracias
Por verte en mis ojos
Te debo mis ganas
De ser cuidadoso
Que pura es la niña
Que blanco el error