Elefantes es una banda española de pop-rock que ha logrado conquistar el corazón de muchos gracias a su estilo único y a su propuesta fresca en la escena musical. Formada a mediados de la década de 1990 en Barcelona, la banda inicialmente se destacó por su capacidad para mezclar géneros y por su lirismo profundo y evocador.
El grupo está integrado por Shuarma (voz y guitarra), Hugo Toscano (guitarra), Jordi Ramiro (batería) y Julio Cascán (bajo). Desde sus primeras apariciones en pequeños locales de Barcelona, Elefantes mostró un fuerte carisma, dedicación a su arte y una palabra especialmente poderosa: autenticidad.
En 1996, Elefantes decidió grabar su primer disco, “El Hombre Pez”, una obra que reflejaba sus primeros pasos en el mundo de la música y que se convirtió en una carta de presentación sólida para la banda. El álbum destacaba por su sonido crudo y la sinceridad de sus letras. Temas como “Azul” y “Rinoceronte” comenzaron a resonar con un público pequeño pero fiel.
El verdadero salto a la fama llegó en el año 2001 con su disco “Azul”. El álbum no solo tuvo una excelente recepción del público, sino que también colocó a Elefantes en el radar de la crítica musical. “Azul” fue una obra maestra que combinó melodías pegadizas con letras profundas y emotivas, abarcando temas de amor, pérdida y esperanza.
Canciones como “Que Yo No Lo Sabía” y
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Creo que es acertado sentarse al lado
de quien enseña siempre sus cartas,
un poco necio pero se vive mejor así.
Dices que no te importa que te hagan daño.
Tu y yo sabemos que es un engaño.
Ay cómo duele, cómo, cuando nos toca sufrir.
Y subes otro peldaño de esa escalera
tan embustera que tu has creado.
Tal vez sea mejor así.
Y luego poquito a poco te vas limpiando
de las heridas que te han causado en los pies,
los vidrios de tu confusión.
Y vuelves hacia tu cama limpia y extraña
sola y vacía. Llena de nada.
Triste y cansada preguntas,
¿vale la pena vivir así?
Rota como una gota de lluvia fina.
Quizás despierta, quizás dormida.
Quizás temblando, quizás...
quizás sea mejor salir
hacia esa calle llena de gente alegre,
y es evidente que la alegría vale diez puntos
y solo, tan solo uno el sufrir.
Luego yo echo las cuentas y vas perdiendo.
Tan embustera sigues mintiendo.
Tal vez sea mejor así.
Y luego poquito a poco te vas limpiando
de las heridas que te han causado en los pies,
los vidrios de tu confusión