En los años noventa, específicamente en 1995, nació en Buenos Aires, Argentina, una banda que se destacaría por su energía contagiosa y sus melodías pegajosas: La Mosca Tsé-Tsé. Originalmente conocida simplemente como La Mosca, el grupo fue fundado por Guillermo Novellis, su carismático líder y vocalista. Completando la formación inicial se encontraban músicos talentosos como Fernando Castro, Raúl Mendoza, Julio Clark, y otros cuyos talentos encajarían perfectamente para crear el sonido distintivo que caracterizaría a la banda.
La Mosca Tsé-Tsé hizo su debut discográfico en 1998 con el álbum “Corazones Antárticos”, que se convirtió rápidamente en un éxito en Argentina. El sencillo más famoso de este álbum, “Para no verte más”, conquistó al público con su ritmo pegajoso y su letra fácil de recordar. La popularidad de este tema fue tal que trascendió fronteras, haciendo que la banda ganara reconocimiento en varios países de América Latina y España.
Su segundo álbum, “Vísperas de Carnaval” (1999), afianzó aún más su éxito. Canciones como “Te quiero comer la boca” y “Yo te quiero dar” se convirtieron en himnos en las pistas de baile y en los eventos festivos.
Durante los primeros años del nuevo milenio, La Mosca Tsé-Tsé comenzó a realizar giras internacionales, llevando su música a escenarios de América Latina, Europa e incluso Estados Unidos. La combinación de letras pegadizas, ritmos alegres y la energía en vivo de la banda logró capturar la atención de audiencias diversas. Este periodo fue crucial, pues
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Igual que el mosquito más tonto de la manada
yo sigo tu luz aunque me lleve a morir,
te sigo como les siguen los puntos finales
a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco
sería posible que yo en el peor de los casos
le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón
haciendo que firme llorando esta declaración:
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo a ti.
Igual que el mendigo cree que el cine es un escaparate,
igual que una flor resignada decora un despacho elegante,
prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño
y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo
procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso
un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver
reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré tan sólo...
Me callo porque es más cómodo engañarse.
Me callo porque ha ganado la razón al corazón,
pero pase lo que pase,
y aunque otro me acompañe,
en silencio te querré,
en silencio te amaré,
en silencio pensaré tan solo en ti.