En la tranquila ciudad de Oaxaca, México, durante los últimos años de la década de 1950, nació el grupo que cambiaría para siempre la escena musical latinoamericana: Los Méndez. Formado por los hermanos Juan, Pedro y Luisa Méndez, el grupo inició como una forma de entretenimiento en reuniones familiares y festividades locales. La pasión por la música corría por sus venas, heredada de su abuelo, un talentoso guitarrista que ambientaba las plazuelas con su dulce melodía. Los jóvenes Méndez encontraron en los boleros, la trova y la música ranchera una forma de expresar sus vivencias y emociones.
A mediados de los años 60, Los Méndez experimentaron un giro significativo en su carrera. Un empresario musical que se encontraba de paso por Oaxaca asistió por casualidad a una de sus presentaciones. Quedó impresionado con su talento y autenticidad, y decidió llevarlos a la capital del país para grabar su primer sencillo. Fue así como “Oaxaca en el Corazón” salió al aire y se convirtió en un éxito rotundo en las estaciones de radio nacionales.
A partir de ese momento, Los Méndez comenzaron a participar en programas de televisión y a realizar giras por todo México. Su estilo único, que fusionaba el folclore mexicano con toques modernos, les permitió atraer una amplia variedad de seguidores. Los espectáculos en vivo eran una experiencia inolvidable, donde cada nota y cada letra tocaban el alma de los presentes.
Durante
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Piraña, el escarbadientes,
no estaba tan mal...
Hace falta más amor
en este suelo afilado
procrear y dar calor de leche materna
todos tenemos alma de chorro
todas tienen alma de perra
son frases sueltas que hieren no dicen nada,
hieren entonces
largá el escarbadientes
largá, largá
salta la ficha
encontrándole la vuelta
no estábamos tan mal
no estábamos tan mal, vieja piraña
hace falta más amor
nos estamos quedando cortos
disfrazándonos de lo que
no podemos ser
esa no es una panza de cerveza
es una panza de pedos
son frases sueltas que hieren
no dicen nada, hieren, entonces
largá el escarbadientes
largá, largá
salta la ficha
encontrándole la vuelta
no estábamos tan mal
no estabamos tan mal,
vieja piraña.