Max Torres nació un 12 de agosto en la vibrante ciudad de Buenos Aires, Argentina. Desde muy pequeño mostró un interés innato por la música. Creció en un entorno familiar que siempre valoró el arte, su padre era un guitarrista aficionado y su madre una apasionada del canto lírico. Con esas influencias, no es extraño que su destino estuviera entrelazado con el mundo musical.
Max comenzó a tocar la guitarra a los cinco años, animado por su padre. A medida que crecía, empezó a experimentar con otros instrumentos, incluyendo el piano y la batería. Su talento pronto se hizo evidente, y a los 15 años ya había compuesto sus primeras canciones. Estas composiciones tempranas eran un reflejo sincero de sus experiencias y emociones adolescentes.
El verdadero despegue en la carrera de Max Torres vino cuando formó su primera banda, "Sonido Eterno", a los 18 años. La banda navegó por el panorama musical local, ganándose un lugar en pequeños clubes y festivales independientes. La autenticidad y la pasión que Max y su banda ponían en cada presentación empezaron a atraer una base de seguidores leales.
A pesar del éxito inicial de Sonido Eterno, Max siempre sintió que tenía algo único que ofrecer como solista. En 2005, decidió emprender una carrera en solitario. Su primer álbum en solitario, titulado "Raíces y Alas", fue lanzado al año siguiente. Con una mezcla ecléctica de rock, pop
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El invierno pasado
El invierno pasado la lluvia mojaba a la gente Los
semáforos inteligentes controlaban solos la
ciudad Mientras tanto viajaba contigo
jurándote cosas Como hacerte una choza en
la costa y dejar a tu antojo la mar El invierno
pasado pasaron mil cosas hermosas mi guitarra
escuchaba las olas Mientras tu te mojabas el pelo
y creí de un anciano hechicero Que por
siempre dormirías solo junto a mí Y
ahora no sé que voy hacer si tu no estas me
matará la soledad porque no vuelves a
intentar tal vez me puedas adorar la lluvia ya no
caerá mi vida nunca será igual
quiero mirar sin un día llegar sin que te
vuelvas a marchar.
El invierno pasado, vuelve como foto a mi mente y
me arruina el invierno presente, pero a quien se
le debe culpar si acaso escuchas esta
canción he comprado un volksagen es muy
chico pero sé que cabes por si un
día quisieras viajar nunca voy a olvidar
esa vez que juraste en la playa que siempre
dormirías en mi cama que borracha
vendí mi guitarra y que compré unas
alhajas de plata y se volvieron negras antes de
volver y ahora no sé que voy hacer si tu no
estas me va a matar la soledad porque no vuelves a
intentar tal vez me puedas adorar la lluvia ya no
caerá mi vida nunca será igual
quiero mirar sin un día llegar sin que te
vuelvas a marchar.