Willie Rosario, conocido como "Mr. Afinque", es uno de los músicos y directores de orquesta más influyentes en la historia de la salsa y la música latina. Con una carrera que abarca más de seis décadas, Rosario ha dejado una huella indeleble en el mundo de la música. Este artículo explora su vida, sus contribuciones y su legado.
Willie Rosario, cuyo nombre de nacimiento es Fernando Luis Rosario Marin, nació el 6 de mayo de 1930 en Coamo, Puerto Rico. Desde una edad temprana, mostró interés por la música, influenciado en gran parte por su entorno familiar. Su padre, músico aficionado, fue uno de los primeros en notar el talento de su hijo.
En su juventud, Rosario se mudó a Nueva York, donde tuvo la oportunidad de aprender de algunos de los grandes músicos de su tiempo. Estudió percusión y teoría musical mientras trabajaba en varios clubes de la ciudad. Sus primeros trabajos en la orquesta de Johnny Seguí le permitieron ganar experiencia y pulir sus habilidades.
En 1958, Willie Rosario decidió formar su propia orquesta. La integración inicial de músicos talentosos, combinada con su habilidad para liderar, resultó ser una combinación ganadora. La orquesta se centraba en la salsa, el mambo y otras formas de música latina, proporcionando un sonido vibrante y lleno de energía que rápidamente capturó la atención del público.
Durante la década de 1960, la orquesta de Rosario se convirtió
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Atízame el Fogón
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame
el fogón que casi no tiene fuego.
María la arrolladora
llamó a su amigo Carmelo
Por que se sentía sola
en su casita del cerro.
Cuando Carmelo llegó
María su guiso hacía
pero le faltaba leña
y el fogón casi no ardía,
pero le faltaba leña
y el fogón casi me ardía.
Muy presto y apresurado
con calma y sin osadía
Carmelo buscó la leña
para el fogón de María.
Y cuando se fue Carmelo
María empezó a llorar
Compay no me deje sola o el fogón se va a apagar.
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
María la arrolladora llamó a su amigo Carmelo
Porque se sentía sola en su casita del cerro y decía:
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
Como me le va, como me le va, como me le va…
Carmelo ponle mucha leña
Mira que yo tengo el guiso
... y me falta la candela.
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
María su guiso hacía,
un guisito sabrosón,
Carmelo se entretenía
¡ummm!
atizándole el fogón
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
(Música)
Síguele, síguele, sigue, sigue síguele…
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
Muy presto y apresurado, con calma y sin osadía
Carmelo buscó la leña
para el fogón de la prieta María.
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
Cuándo se me apague el fuego
lo voy a llamar a usted,
óigame compay Carmelo,
pa´ que lo vuelva encender.
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.
No hay fuego, no hay fuego,
María gritaba primero,
después que llegó Carmelo
gritó:
¡agua, que me quemo!
Carmelo, ¡Ay! Carmelo ven atízame el fogón que casi no tiene fuego.