Eugenia Quevedo nació en una pequeña localidad en Argentina en el año 1989. Desde muy joven, su vida estuvo marcada por la música. Su familia, aunque no poseía una vasta tradición musical, siempre la apoyó incondicionalmente en su pasión. Eugenia se destacaba por su interés en el canto y la interpretación, y sus habilidades vocales rápidamente llamaron la atención de quienes la rodeaban.
A los 12 años, Eugenia comenzó a participar en concursos de canto locales, obteniendo varios primeros lugares y capturando la atención de músicos locales y productores. Fue entonces cuando su familia decidió apoyarla en su formación musical más formal. Tomó clases de canto y guitarra, perfeccionando su estilo y técnica.
El talento de Eugenia no pasó desapercibido. A los 20 años, una grabación de una de sus presentaciones llegó a oídos de un productor musical en Buenos Aires. Su sentido único de la melodía y su emotiva interpretación habían capturado su atención. Eugenia fue invitada a la ciudad para grabar su primer sencillo profesional. Esta canción, titulada "Canta Corazón", rápidamente escaló las listas de popularidad y la posicionó como una prometedora nueva estrella en el panorama musical argentino.
Animada por el éxito de su sencillo, Eugenia trabajó arduamente en su primer álbum. "Ritmos del Alma" fue lanzado en 2012 y recibió elogios tanto de críticos como del público. El álbum ofrecía una mezcla de géneros, desde baladas románticas hasta
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¡Eso!
LBC
Y baila
Dale, Eugen
Báilalo
¡Uh, uh!
¡Botina, Enzo, la cadera!
¡Cabezón!
¡Cántalo, Magui, dale, dale!
Lamento el tiempo que perdí contigo
Y tanto amor que se tenía invertido
No se cumplieron todas tus promesas
Y me llevé algunas malas sorpresas
Si no tenías ganas de quedarte
Podrías haberme estado en otra parte
No me gustó tu falta de criterio
Porque sabías que yo iba en serio
Contigo aprendí que yo merezco mucho más
Que no debería perder por ti mi libertad
Tú eras la historia que no pienso repetir
Pedí mucho más de lo que tú me diste a mí, Luchi
Espero que oigas mi sinceridad
Ya te tengo en mi lista de decepciones
¿Cómo seguir si me han olido tus traiciones?
Si no me sumas, no me restes
Te perdoné bastantes veces
Mis nuevos brazos sin ti
¡Eso!
¡Baila, baila!
¡Eso!
¡Bailalo, Magui, dale!
¡Eso!
¡Vámonos ese, Jesús María!
Contigo aprendí que yo merezco mucho más
Que no debería perder por ti mi libertad
Tú eras la historia que no pienso repetir
Pedí mucho más de lo que tú me diste a mí
Espero perdones mi sinceridad
Ya te tengo en mi lista de decepciones
¿Cómo seguir si me han olido tus traiciones?
Si no me sumas, no me restes
Te perdoné bastantes veces
Mis nuevos brazos sin ti
¡Dale, dale, Cha!
¡Baila, baila!
¡Queda ahí!
¡Sigue, sigue, sigue, sigue, sigue, sigue!
¡Haciendo palmas, dale!
¡Levantamos, levantamos, levantamos, levantamos!
¡Aguanta!
¡Levantamos, levantamos, levantamos!
¡Y los bonitos sonidos, bonitos!
¡Dale, que seguimos grabando!
¡Alejía Ibaz en el clásico Arruinador!
Lo baila la Magui esta noche, ¿eh?
Yo estoy de espectadora
Solo contigo abriendo alas
Y las palmas arriba
Y las palmas arriba
¡Dale, dale!
Y el corazón encuentra la razón
Cuando miro tu cara
Solo contigo
Y no duele nada
Y cada sueño se torna posible
Si es posible mañana
Solo contigo
Las horas pasan
Y es un motivo para darte hasta el alma
Y lo cantan ustedes, ¿eh?
Las palmas arriba
Solo contigo
Yo siento el amor de una forma
Que nunca jamás he sentido
No hay espacios vacíos
Digo que no
Entre tu cuerpo y el mío
Todo es conocido
Y es que solo contigo
Yo puedo volar sin temor
A caer en el mar del olvido
Y no hay espacios vacíos
Digo que no
Entre tu cuerpo y el mío
Todo es conocido
Entre tu cuerpo y el mío
¡Ay, Nicky, que lo baila, che!
¡Baila, Nicky, que lo baila, che!
¡Baila, Nicky, que lo baila, che!