Originarios de la exuberante tierra colombiana, Los Chiches Vallenatos surgieron en la década de 1980, cuando las verdes montañas y ríos cristalinos del país resonaban con el eco del vallenato. Ernesto Mendoza y Omar Geles, los fundadores del grupo, fueron los visionarios que imaginaron un sonido que capturara tanto el alma del pueblo como el espíritu joven de la nación.
En 1985, la industria musical colombiana recibió a Los Chiches Vallenatos con la publicación de su primer álbum, “Te Necesito”. Este trabajo discográfico demostró que había surgido algo especial. Las melodías pegajosas y las letras románticas resonaron profundamente en los corazones de sus oyentes, estableciendo una conexión emocional inmediata. El éxito del álbum no sólo les otorgó reconocimiento, sino que también plantó las semillas para futuros éxitos.
¿Qué distingue a Los Chiches Vallenatos? Su fusión única de instrumentos tradicionales, como el acordeón, con composiciones modernas e innovadoras. Cada canción es una obra de arte que combina dulzura melódica con intensidad emocional, uniendo generaciones en torno a un amor compartido por la música.
A lo largo de los años, Los Chiches Vallenatos lanzaron numerosos álbumes que definieron la música vallenata. Entre los más icónicos se encuentran:
Bella
Era de blanco como ella se vestía
era la magia de esta casa mi alegría
aun creo mirarla peinándose en el espejo
cantando mi mejor canción.
Las margaritas que ella un día sembró en el patio
me han preguntado por ella cuando vuelves
mientras me rompo la cabeza Dios pensando
como pudieron decirle que no la amo.
La busque por el parque toda la ciudad
visite aquel café donde le conocí
pero ella y sus sueños hicieron maletas
decidieron marcharse de aquí.
Coro
Bella aunque no tenga noventa, sesenta, noventa
aunque prefiera leer un libro que ver la novela
aunque no le gusta el fútbol pero por mi lo tolera
esa que un día lleno de pensamientos todas mis libretas
a la que escribo esta canción pidiendole que vuelva
que vuelva Dios que vuelva.
Bella aunque no tenga noventa, sesenta, noventa
aunque prefiera leer un libro que ver la novela
aunque no le gusta el fútbol pero por mi lo tolera
bella.
La recuerdo arrodillada orándole a mi Dios
y en vos confío le decía en vos confío Dios
para que vuelva y decirle que grande es mi amor
pero marcho sin darme ni una explicación.
Con tantos sueños que ese día hasta casa llegue
con unas flores que por el camino le compre
y algún fragmento de Neruda que le iba a leer
pero marcho sin siquiera decirme adios.
Si la brisa algún día me trajera su voz
dejaría hasta mi pueblo y mi religión
seguiría sus huellas donde quiera fuera
moriría por verla feliz.
Coro
Coro...