Rafael Santos, nacido en Valledupar, Colombia, es uno de los músicos más influyentes del género vallenato. Hijo del legendario Diomedes Díaz, quien es considerado uno de los reyes del vallenato, Rafael creció rodeado de melodías y poesía. Desde temprana edad mostró un talento innato para la música, inspirado por el entorno rico en folclore y tradiciones de su tierra natal.
La figura paterna de Diomedes Díaz jugó un papel crucial en la vida de Rafael. No solo heredó su talento musical, sino también su carisma y la habilidad para conectar emocionalmente con el público. Las reuniones familiares, donde las guitarras y los acordeones eran protagonistas, forjaron su carácter y pasión por el vallenato.
Rafael Santos inició su carrera musical participando en las producciones de su padre. Estas experiencias tempranas le proporcionaron la base necesaria para lanzarse como solista. Su primer trabajo independiente, aunque modesto, dejó claro que tenía el potencial para destacar por sí mismo en la escena musical.
Con su primer álbum en solitario, Rafael Santos capturó la atención del público y la crítica. Sus letras, llenas de sentimiento y autenticidad, resonaron con una amplia audiencia. El éxito no tardó en llegar, consolidándolo como uno de los nuevos talentos más prometedores del vallenato.
La carrera de Rafael Santos fue en constante ascenso. Con cada nuevo lanzamiento, demostró una madurez artística y una capacidad única para evolucionar sin perder la esencia de su música. Sus canciones se convirtieron Ver BiograFia Completa
El regreso del halcon
Ay yo quise multiplicar un cariño fiel desde que te vi
yo quise brindar la luz ala espesa niebla que me envolvió
purificar, con tu mirar
mi alrededor, para aprender a hablar de amor
y así poder acercarme a ti
Me enamoré, no pude más,
se me escapó, no lo atajé
se fue a cantarle a una princesa el corazón
Ay sopla en el verano, vientos fuertes que no cesan
y mil mariposas vuelan, se van cantando
Tu tienes la culpa de haber sacudido el alma
de un humano que cantaba enamorado
Ay mi amor, un enamorado, como yo,
te aseguro que, no existen dos que viva a tu lado
Ay mi corazón, dime dónde estás, mi muchachita
no es un gavilán, este es tu turpial, el que te admira
Ay mi amor, un enamorado, como yo,
te aseguro que, no existen dos que viva a tu lado
Yo quise sacrificar los pasos que da cualquier pecador
cansado de andar por ahí, muchos amores sin amor
te ví bailar, aquella vez,
hola que tal, y te oí decir, indiferente,
pero en mí todo cambió
y dos y tres, sonrisas van, yo comprendí,
no hay más que hacer,
emocionada tu pediste mi canción
Siento brisas frescas, cabalgar sobre mi pecho
yo le cantaba al despecho, y me aliviaba
Tu tienes la culpa de haber sacudido el alma
de un humano que cantaba enamorado
Ay mi amor, un enamorado, como yo,
te aseguro que, no existen dos que viva a tu lado
Ay mi corazón, dime dónde estás, mi muchachita
no es un gavilán, este es tu turpial, el que te admira
Ay mi amor, un enamorado, como yo,
te aseguro que, no existen dos que viva a tu lado