Los Cadetes de Linares nacieron en la pequeña ciudad de Linares, Nuevo León, México. Corría la década de los 60, cuando dos talentosos músicos, Homero Guerrero y Lupe Tijerina, se unieron para formar una de las agrupaciones más icónicas del género norteño. Su sello distintivo siempre ha sido la combinación de guitarra, acordeón y bajo sexto, que juntos crean un sonido contundente y profundo.
Apenas iniciada su carrera, los Cadetes de Linares comenzaron a ganar popularidad local con sus primeras grabaciones. Uno de sus primeros éxitos fue “Los Dos Amigos”, una canción que narraba historias de la vida cotidiana y costumbres de su tierra natal. El reflejo de la cultura norteña en sus letras y el carisma de sus intérpretes pronto los catapultaron a un estatus icónico en el norte del país.
El grupo se consolidó gracias a su enérgica combinación de instrumentos y voces adoloridas que eran capaces de hacer vibrar hasta el corazón más duro. Las cantinas, fiestas patronales y rodeos se convirtieron en los escenarios perfectos para sus presentaciones. Su música se caracterizaba por contar historias de amor, desamor, corridos y anécdotas de la vida real, logrando conectar profundamente con sus seguidores.
A medida que los Cadetes de Linares ganaban popularidad, su influencia se extendió más allá de las fronteras de México, llegando a Estados Unidos y otros países de habla hispana. Temas como “El Palomito” y “Las Tres Tumbas” se convirtieron en auténticos himnos
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Dimas De León
Un día 10 de Septiembre,
de un domingo que paso,
En el puerto Matamoros,
un velador lo mato
Dimas salió de Reynosa,
en su carro preparado,
A visitar a su amante,
así lo tenía pensado
Dimas y dos compañeros,
en un cabaret tomaban
Como le tenían miedo,
ya todos se preparaban
El velador temeroso,
de que Dimas lo matara
Mando llamar los empleados,
para que lo desarmaran
Primero a Daniel Cantú,
la pistola le quitaron
Y también a Cayetano,
que en el carro lo encontraron
A Dimas lo detuvieron,
cuando este iba a intervenir
Por la espalda le pegaron,
no lo dejaron salir
De pronto Miguel Balderas,
su pistola disparo,
De dos balazos certeros,
el cráneo le atravesó
Adiós Reynosa querido,
orgullo de la frontera,
Donde Dimas se paseaba,
con su pistola por fuera
Ya con esta y me despido,
señores de esta región
Aquí termina el corrido,
ya murió Dimas De León