Nacido en un pequeño pueblo del estado de Sonora, México, Jesús "Chuy" Vega creció rodeado de la magia de la música tradicional mexicana. Desde una edad temprana, mostró un talento natural y una pasión por la música que lo distinguió de sus contemporáneos. Las serenatas en las plazas y las fiestas populares fueron sus primeros escenarios, lugares donde el canto y el rítmico sonido de la guitarra se entrelazaban en el ambiente festivo de la comunidad.
Durante los años 80, Chuy Vega inició su carrera profesional en diversas agrupaciones locales, ganando poco a poco reconocimiento por su impactante voz y su habilidad para interpretar melodías que tocaban el alma de quienes lo escuchaban. Fue en esta década que decidió aventurarse como solista, llevando consigo su profundo conocimiento de la música ranchera y norteña, géneros que caracterizarían su carrera.
El lanzamiento de su primer álbum marcó un antes y un después en la trayectoria de Chuy Vega. Sus canciones, muchas de ellas narrativas llenas de emoción y vivencias del pueblo, resonaron en todo México y más allá de sus fronteras. A lo largo de su carrera, Chuy lanzó numerosos álbumes que fueron acogidos con entusiasmo, destacándose canciones como:
Recordando a María.
1) En un lujoso bar capitalino,
Donde hace mucho tiempo trabajaba,
Buscando hogar sus penas en el vino,
Llegaron dos señores a la barra.
2) Hablando entre sollozos lastimeros,
Traté de comprender lo que decían,
Fue entonces que me dijo el cantinero,
Los dos están llorando por María.
3) María fue la joven vampiresa,
La más hermosa que hubo en el ambiente,
Murió cuando tomaba en esa mesa,
Y siguen recordándola los clientes,
A todos ha llenado de tristeza,
Y nadie se resigna con su muerte.
4) Al pueblo cautivó con su mirada,
Los hombres por sus besos se perdían,
Llego como la luz de la alborada,
De pronto nos dejo sin su alegría.
5) Cuando esto el cantinero platicaba,
Noté que amargo llanto le escurría,
Cuando le pregunté porque lloraba,
Me dijo que él también que la quería.
6) No pude yo decirle que la amaba,
Que fue él amor más grande de mi vida,
Él todo lo entendió con mi mirada,
Y supe que también me comprendía,
Nos fuimos con los hombres a la barra,
Y todos le lloramos a María.