El grupo Himnos y Marchas Militares surgió en un contexto histórico donde la música militar era fundamental en ceremonias oficiales y eventos patrióticos. Fundado en la década de 1950, el grupo fue una idea innovadora del capitán Santiago Rodríguez, un apasionado músico militar que veía en la música un medio poderoso para honrar la historia y la cultura de las fuerzas armadas.
Santiago Rodríguez no era solo un militar, sino también un músico consumado y compositor talentoso. Su visión era clara: quería crear un grupo que no solo interpretara música militar, sino que también pudiera ser un embajador de la historia y la tradición militar en escenarios nacionales e internacionales. Para ello, reunió a los mejores músicos de diferentes ramas militares, formando un equipo cohesionado y talentoso.
En sus primeros años, Himnos y Marchas Militares se dedicó principalmente a interpretar piezas clásicas del repertorio militar, como marchas históricas y himnos nacionales. Sin embargo, a medida que ganaban popularidad, comenzaron a incorporar composiciones originales de miembros del grupo y otros compositores contemporáneos. Esto les permitió desarrollar un estilo distintivo que combinaba la solemnidad y el rigor de la música militar con un toque artístico y creativo.
El grupo no solo se mantuvo fiel a las composiciones tradicionales, sino que también buscó actualizar y enriquecer su repertorio. Gracias a colaboraciones con compositores contemporáneos, lograron introducir nuevos elementos y ritmos que aportaron frescura y modernidad a
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Himno del Ejército de Chile
I
Cesó el tronar de cañones,
las trincheras yacen silentes,
y por los caminos del norte
vuelven los batallones,
vuelven los escuadrones,
a Chile y a sus viejos amores.
En su victoriosa bandera
traen mil recuerdos de gloria;
balas desgarraron sus sedas
y sus estrellas muestran
y sus estrellas muestran
honrosas cicatrices de guerra.
II
Cruzan bajo arcos triunfales,
tras de sus bravos generales,
que aunque pasan heridos
van marchando marciales,
van sonriendo viriles,
y retornan invictos.
Pasan los viejos estandartes
que en las batallas combatieron,
y que empapados en sangre
a los soldados guiaron
a los muertos cubrieron
como mortajas nobles.
Coro
¡Ahí van los infantes de bronce,
fuego artilleros de hierro,
y al viento sus sables y lanzas,
a la carga, los jinetes de plata!