Otra orilla
No hay vacante este verano en tu puente,
no todo va como quisieras que fuera,
del sí al no ¿cuantos quizá?
Siguen las calles mojadas y, ahora
todos los días se vuelve a empezar,
¿qué puede salir mal?
Deja de pensar, deja de correr,
que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Que la vida es una sola, que el amor no se compra.
Hoy me toca callarme, esperar, ver qué pasa.
Luces de colores, rudos de motores,
cielos con humo, gente sin rumbo.
Es el valor de abrazarse a la vida,
de pelear por un sueño y remar a otra orilla…