Peregrina
Peregrina
de ojos claros y divinos
y mejillas
encendidas de arrebo.
Mujercita
de los labios purpuri
y radiante cabellera
como del sol.
Peregrina,
que dejaste tus lugares,
los abetos y la nieve,
y la nieve virginal.
Y viniste
a refugiarte en mis palmares
bajo el cielo de mi tierra,
de mi tierra tropical.
Las caroras
avecillas de mil prados,
por cantarte
dan sus trinos y se van.
Y las flores
del hectarios perfumados
te acarician y te besan
en los labios y en la sien.
Cuando dejes
mis palmares y mi tierra,
peregrina,
el semblante encantador.
No te olvides,
y no te olvides de mi tierra,
no te olvides,
no te olvides de mi amor.