Ricardo Rodríguez nació en el seno de una familia humilde un 23 de octubre de 1975 en Buenos Aires, Argentina. Desde pequeño, su inclinación por la música fue evidente. A la edad de 8 años, su madre le obsequió una guitarra de segunda mano que se convertiría en su inseparable compañera. Pasaba horas tocando y componiendo sus primeras melodías en el pequeño patio de su casa.
Durante su adolescencia, Ricardo se sumergió en el mundo del rock, influenciado por bandas como Led Zeppelin y Pink Floyd. A los 15 años, formó su primera banda con compañeros de la escuela secundaria, la cual llamaron "Luz de Luna". Tocaban en garages, fiestas vecinales y pequeños bares, ganando paulatinamente una modesta pero fiel base de seguidores.
A los 22 años, Ricardo decidió que era momento de dedicarse profesionalmente a la música. En 1997, luego de varios intentos fallidos con diferentes bandas, formó "El Origen en las Estrellas" junto a tres amigos de la infancia: Juan Pérez (bajista), Esteban León (baterista) y Víctor Sánchez (guitarrista). El nombre de la banda reflejaba su ambición de llegar a lo más alto y dejar una marca en el universo musical.
En poco tiempo, "El Origen en las Estrellas" empezó a ganar notoriedad en la escena local. Sus letras profundas y sonidos poderosos llamaron la atención de un productor independiente, con quien grabaron su
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Si te dijera, amor mío, que temo a la
madrugada, no sé qué estrellas son
éstas que hieren como amenazas ni sé
qué sangra la luna al filo de su
guadaña.
Presiento que tras la noche vendrá la
noche más larga, quiero que no me
abandones, amor mío, al alba, al alba, al
alba.
Los hijos que no tuvimos se esconden en las
cloacas, comen las últimas flores, parece
que adivinaran que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.
Presiento que tras la noche vendrá la
noche más larga, quiero que no me
abandones, amor mío, al alba, al alba, al
alba.
Miles de buitres callados van extendiendo sus
alas, no te destroza, amor mío, esta
silenciosa danza, maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.
Presiento que tras la noche vendrá la
noche más larga, quiero que no me
abandones, amor mío, al alba, al alba, al
alba.