El grupo musical Sabroso nació en la Argentina a fines de los años 90, en una época en donde la cumbia y el cuarteto dominaban la escena. Formado por Gustavo 'El Turco' Ortiz y Diego Granadé en la ciudad de Córdoba, el dueto inició su camino musical con una propuesta fresca y llena de energía.
Ambos músicos tenían un sueño claro: llevar el ritmo y la alegría de la música popular a todo el país. Desde sus primeros shows en clubes y fiestas locales, Sabroso capturó el corazón del público con su mezcla única de cuarteto, cumbia y baladas románticas.
La carrera de Sabroso despegó rápidamente gracias a su primer álbum titulado 'La Vuelta del Trío', lanzado en 2001. Con este trabajo, lograron ganar espacio en las principales emisoras de radio, y algunas de sus canciones, como 'Un Poquito de Amor' y 'Qué Será de Ti', se convirtieron en himnos populares.
El éxito inicial fue seguido por un intenso período de giras y presentaciones en todo el país. El grupo pronto se consolidó como uno de los referentes del género, especialmente en su Córdoba natal, donde llenaban estadios y sus conciertos eran verdaderas fiestas multitudinarias.
A medida que Sabroso continuaba ganando popularidad, su música comenzó a llegar más allá de las fronteras argentinas. El público latinoamericano, ávido de nuevos ritmos y talentos, acogió con entusiasmo al grupo.
Guerra fría
No quiero verte, no me apetece
dar buena cara ni disimular,
No quiero verte, no quiero verte,
estoy cansado, estoy herido
Lucho por algo que no tiene sentido y
no quiero verte ya es suficiente.
Y casi sin querer
yo me enganche a tu piel
sin darme cuenta entonces
de tu lado cruel,
supongo que no lo quise entender.
Hoy el tiempo se detuvo en el momento
en aquel último abrazo que sentí
que ya no había nada por lo que luchar
y los intentos solo sirvieron
para alargar la agonía.
Mientras yo bebía del agua de tu cuerpo
tú matabas mi esperanza
dando tumbos por mi alma
absorbiendo mi cariño y mis esfuerzos
por luchar en una farsa sin salida
entre tú y yo, guerra fría.
No quiero verte, ya no me vale
ser un objeto de usar y tirar
No quiero verte, no quiero verte
no me apetece eres cobarde.
Todo tu arte estaba en engañar,
no quiero verte ya es suficiente.
Y casi sin querer
yo me enganche a tu piel
sin darme cuenta entonces
de tu lado cruel,
supongo que no lo quise entender.
Hoy el tiempo se detuvo en el momento
en aquel último abrazo que sentí
que ya no había nada por lo que luchar
y los intentos solo sirvieron
para alargar la agonía.
Mientras yo bebía del agua de tu cuerpo
tú matabas mi esperanza
dando tumbos por mi alma
absorbiendo mi cariño y mis esfuerzos
por luchar en una farsa sin salida
entre tú y yo, guerra fría