Marea es una banda de rock española que se formó en 1997 en Berriozar, un pequeño pueblo de Navarra. La banda surgió de la amistad y la pasión compartida por el rock de un grupo de jóvenes músicos. Kutxi Romero, el vocalista y letrista principal, se unió a Alén Ayerdi (batería), César Ramallo (guitarra), David Díaz "Kolibrí" (guitarra), y Eduardo Beaumont "Piñas" (bajo y coros). Juntos, estos cinco artistas forjaron un sonido único que resonó con una amplia audiencia en España y más allá.
En 1999, Marea lanzó su primer álbum, La Patera. Este trabajo marcó el inicio de su carrera discográfica. Con canciones como “El perro verde” y “Romance de José Etxailarena”, el grupo demostró una destreza lírica y musical poco común para una banda recién formada. Las letras de Kutxi Romero, plagadas de poesía y crudeza, capturaron rápidamente la atención de una fiel base de seguidores.
Después del éxito inicial, Marea continuó creciendo con el lanzamiento de Revolcón en el año 2000. Temas emblemáticos como “Mierda y cuchara” y “The Flyparta” fueron adoptados por una nueva oleada de aficionados en toda España. El verdadero punto de inflexión llegó en 2002 con la salida de Besos de perro. Este álbum incluye algunas de las canciones más icónicas de la banda, como “La Rueca” y “Corazón de mimbre”, que consolidaron a Marea como una de las principales bandas de rock del país.
Penetera en carne viva
Descose telarañas goteando cuando llega la alborada
y los pone a secar en la maleza de sus ojos que al tronar
le juran por los olivares que les dieron de amamantar
que van a dejar sin cabeza cada madrugar.
Le rondan las pirañas y se apaña azuzando la mirada
para alejarlas con las garrapatas que la quieren devorar
y ser la neblina del bosque que mira y no deja mirar
penacho de invierno sediento de mi lagrimal.
de leña seca su ropaje, petenera su lamento
en carne viva el carruaje que la lleva a sus adentros
la sonrisa despeinada de ir en contra de los vientos,
de ir en contra de los vientos
empalma hasta a a los juncos que eran firmes antes de ser destronados
y nunca se ha corrido con el ruido del gentío y su existir
comadre de las musarañas, como en la canción del Martín
que encuentro sentido al seguido del punto del fin.