Horacio Guaraní, cuyo nombre real era Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo, nació el 15 de mayo de 1925 en Las Garzas, un pequeño poblado en la provincia de Santa Fe, Argentina. De origen humilde, Horacio creció en un entorno rural, donde desde muy pequeño empezó a conectar con la tierra y las tradiciones de su gente. Su infancia estuvo marcada por la sencillez y el arduo trabajo, elementos que más tarde se verían reflejados en sus composiciones.
A lo largo de su juventud, Guaraní demostró un notable interés por la música y la poesía. Sin demasiados recursos materiales, pero con una inmensa riqueza cultural a su alrededor, comenzó a componer sus primeras canciones. Su inspiración provenía de la naturaleza, los pueblos indígenas, los trabajadores rurales y las injusticias sociales que presenciaba.
El talento de Horacio no tardó en ser reconocido. Su primera gran oportunidad llegó en la década de 1950, cuando comenzó a grabar discos con el apoyo de algunas de las principales casas discográficas de Argentina. Su voz fuerte y clara, junto con letras cargadas de contenido social, resonaron en todo el país.
Las obras de Guaraní se caracterizaban por combinar elementos del folklore argentino con una narrativa poética profunda. Temas como "Memorial de Bomberos", "Si se calla
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Mi Confesión
En noches cuando el viento
juguetea en la luna
y el campo se ha cubierto
de titilante luz,
yo salgo a los caminos
para encontrar mi alma
dispersa en la agonía
de alguna estrella azul
Recorro los senderos
con soledad de templos
meditabundo y solo
rezando una oración
los lirios de mi alma
se abrazan a mis penas
y el lucero del alba
me da su bendición
Perdona virgencita
perdona si te ofenda
si esto es un sacrilegio
para tu religión
pero es que de pequeño
yo aprendí a confesarme
muy solo en la alta noche
con santa devoción