Tus zapatos
Mi corazón es un volcán en erupción
tan, pero tan romanticón.
Y el cerebelo descontrolado
bajo mi pelo despeinado quiero matar.
Digo jugar al ladrón y poli colifato
y torturar tus zapatos.
Mi cinturón de castidad
es un bajón del pantalón por la mitad.
Y el inconsciente tan aburrido
de repente da un alarido ¡¡ya!!
-¿En dónde está
la libertad y la alegría?
...si esta ciudad no es mía.