Loquillo y Trogloditas, grupo emblema del rock español, tiene sus raíces en la vibrante ciudad de Barcelona. José María Sanz Beltrán, conocido como Loquillo, nació el 21 de diciembre de 1960. Desde joven mostró un fuerte interés por la música, influenciado por sonidos de bandas como The Rolling Stones y artistas icónicos como Elvis Presley.
En 1980, Loquillo formó su primera banda, Los Intocables. Sin embargo, este grupo duraría poco tiempo, y en 1983, junto al guitarrista Sabino Méndez, dio origen a lo que sería una de las bandas más relevantes del rock en español: Loquillo y Trogloditas.
Con Sabino, fueron reclutados los músicos Ricard Puigdomènech, Jordi Vila y Sergio Fecé, formando así el núcleo de Trogloditas. Casi inmediatamente, su estilo provocador y letras irreverentes captaron la atención del público y la crítica. En 1984, lanzaron su primer álbum, "El Ritmo del Garaje". Este disco incluía temas como "Cadillac Solitario" y "Quiero un Camión", que se convirtieron en himnos generacionales.
A partir de ahí, la carrera de Loquillo y Trogloditas despegó de manera meteórica. Durante los años 80 y 90, produjeron una serie de discos que consolidaron su reputación como referentes del rock español. "La Mafia del Baile" (1985) y "Mis Problemas con las Mujeres" (1987) son algunos de los trabajos más emblemáticos de este período.
No obstante, la historia de Loquillo y Trogloditas no
Ver BiograFia Completa
El molino
Te conocí en la salida en la puerta de aquel cabaret
una alegre noche de fiesta y de beber
buscamos por todos los bares del centro de la ciudad
la mentira de un mundo que sueñas y nunca se da.
Tuvimos mucho dinero y tiempo de hacerse el matón
sin advertir que esta vida ataca a traición
se descubrió la impostura y resultó que al final
ni yo era tan arrogante ni tu tan fatal.
Y el mundo soñado era una ilusión
y el mejor amigo un bribón
pues todo se vende al mejor postor
y en lo más barato el honor.
Sufrimos después la certeza
entre tanto feliz timador
de que tú, ni yo, ni nadie era mejor
si todos somos ladrones, el delito solo puede ser
que te pillen con la mano en el pastel.
Con la gran resaca de la decepción
cada uno a la luz de un farol
el rimel ajado del trasnochador
dejó de tener gracia amor.
Y así el champán selló un adiós
cada uno a su luz de farol
sé que fue lo mejor para los dos, tu y yo.