Mi Primera Elegía
Agusto soberano de la melancolía,
señor de la tristeza, monarca del dolor;
yo sé que se han unido vuestra angustia y la mía,
en los viejos acordes de mi nueva canción.
Vuestra música supo de salones dorados,
de alfombras silenciosas, de espejos biselados;
supo de cuartos húmedos, de rincones dantescos,
donde la tisis prende sus ansias temblorosas.
Subió hasta los austeros palacios principescos,
y floreció en las almas y palpitó en las rosas,
subió hasta los austeros palacios principescos,
y floreció en las almas y palpitó en las rosas,
Vos, soberano Agusto del ritmo y la armonía,
vos que a los cuatro vientos disteis el corazón.
vos, soberano Agusto del ritmo y la armonía,
vos que a los cuatro vientos disteis el corazón.
Reconcentrad en una, vuestra musa y la mía,
para que yo termine lo que empezasteis vos
reconcentrad en una, vuestra musa y la mía,
para que yo termine lo que empezasteis vos
Vuestra música supo de salones dorados,
de alfombras silenciosas, de espejos biselados;
supo de cuartos húmedos, de rincones dantescos,
donde la tisis prende sus ansias temblorosas.
Subió hasta los austeros palacios principescos,
y floreció en las almas y palpitó en las rosas,
subió hasta los austeros palacios principescos,
y floreció en las almas y palpitó en las rosas,