Vuelo libre
Me siento como el halcón que sobrevuela el precipicio.
Aunque muchos pajarracos me saquen de quicio,
confundiéndome la ruta y creyéndome guiar
por el camino más seguro, el más correcto, el legal.
Yo sé por dónde tengo que ir
y sé por dónde tengo que volar,
aunque a veces asuste
mirar la inmensidad del mar.
Mi corazón no se puede emparedar,
le entra claustrofobia.
A quien lo quiera encerrar
le echaré de mi memoria.
Las piedras del camino no entorpecerán mi viaje,
las pasaré saltando aunque pese el equipaje.
Apedrearé a los gatos que me maúllen demasiado.
Lloro sangre, escupo fuego: no te pongas a mi lado.
Soy como el dragón aquél
que se despierta al amanecer,
que se asusta cuando vuela
tan cerca de las fieras.
Mi corazón no se puede emparedar,
le entra claustrofobia.
A quien lo quiera encerrar
le echaré de mi memoria.
Si me voy hacia la izquierda me pincho con las rosas
y si giro a la derecha se me cagan las gaviotas.
Puedo seguir recto y pasar por el centro,
pero el sitio es muy estrecho y sin espacio no hay progreso.
Vuelo alto hasta las nubes,
bebo lluvia, esquivo azufre.
Si no voy con cuidado
caeré desde los cielos a tu tejado.
Mi corazón no se puede emparedar,
le entra claustrofobia.
A quien lo quiera encerrar
le echaré de mi memoria.
Mi corazón no se puede emparedar,
le entra claustrofobia.
A quien lo quiera encerrar
le echaré de mi memoria.