Las viejas canciones infantiles han sido parte integral de la infancia de generaciones. Temas como "Aserrín Aserrán", "La Cucaracha" y "El Patio de Mi Casa" no solo sobreviven al paso del tiempo, sino que continúan encantando a niños y adultos por igual. Estas melodías, que han cruzado fronteras y siglos, poseen un magnetismo único gracias a sus letras simples y pegajosas, así como a sus ritmos fáciles de recordar.
Las canciones infantiles tradicionales suelen tener sus raíces en folclores locales, mitos y leyendas propias de diversas culturas. Por ejemplo, "Aserrín Aserrán" se cree que tuvo sus orígenes en España y se ha transmitido oralmente de generación en generación. Estas canciones entretenían a los niños al tiempo que enseñaban sencillas lecciones sobre la vida, los valores y la naturaleza.
"Aserrín Aserrán" es una canción que muchos años atrás se cantaba mientras se hacía el movimiento de sierra de madera. Es simple, alegre, y su melodía invita a corear. La letra, aunque repetitiva, tiene un efecto hipnótico en los pequeños, ayudándoles a desarrollar ritmos y coordinación a través de juegos con las manos.
Esta canción presenta una estructura más narrativa. "La Cucaracha" habla de una cucaracha que no puede caminar porque le falta una pata. La identidad de la cucaracha ha sido objeto de múltiples interpretaciones, ya que algunos creen que representa figuras históricas o situaciones políticas. Sin embargo, para los niños, es simplemente una canción divertida sobre una cucaracha peculiar.
"El
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Laggiù in Olanda
Laggiù in Olanda terra dei mulini
viveva Gheta, fanciulla deliziosa,
aveva gli occhi profondi ed azzurrini
amava Morris, il suo bel balenier.
Ma un triste giorno lui dove' partire
per una lunga caccia in mezzo al mare
e lei piangendo l'accompagnò sul molo
e lui dal molo la salutò così:
Rit.
Olandesina mia fanciulla divina,
olandesina tu appartieni al mio cuor
sarai tu sola la mia dolce bambina
di questo cuor, olandesina.
Entrò in porto la baleniera un giorno
e sul pennone portò un vessillo nero
tra i balenieri che fecero ritorno
no lui non c'era, no lui non c'era più.
Lo disse a Gheta un baleniere in pianto
Morris è morto riposa in fondo al mare
e lei piangendo sentì mancarsi il cuore
e in fondo a quel dolore sentì cantar così:
Rit.
Olandesina mia fanciulla divina,
olandesina tu appartieni al mio cuor
sarai tu sola la mia dolce bambina
di questo cuor, olandesina.