Las Pastillas Del Abuelo es una banda argentina que surgió en el año 2002, en Buenos Aires. Con una mezcla única de rock, reggae, candombe y otros géneros, este grupo no tardó en captar la atención de un público diverso.
La banda comenzó a tomar forma cuando Juan Germán "Piti" Fernández, siendo estudiante de Psicología, decidió reunirse con amigos para tocar y experimentar con distintos sonidos. Pronto, la conexión entre sus miembros hizo que el grupo comenzara a plantearse el proyecto de manera más seria y profesional.
Desde el inicio, la banda contó con un núcleo esencial de músicos:
Con esta formación, Las Pastillas Del Abuelo comenzó a componer y ensayar en diversas locaciones de Buenos Aires. La química entre los miembros se vio reflejada en sus primeras canciones, que estaban llenas de frescura, energía y emoción.
En 2005, Las Pastillas Del Abuelo lanzó su primer disco autoeditado, homónimo, que incluyó canciones icónicas como "El Sensei" y "Perdido". Este álbum rápidamente ganó popularidad entre el público joven y amante del rock nacional.
Poco después, en 2006, la banda lanzó "Por Colectora", su segundo álbum. Con un enfoque más pulido y una mayor producción, este disco ayudó a consolidar la base de fanáticos de la banda. Temas como "Oportunistas" y "Viejo" se convirtieron en himnos que
Ver BiograFia Completa
La doctora - segunda parte
Ya no me encuentro preguntando sobre amor;
por fin no hai nada que pretenda no saber,
Entiendo qe no hai relación entre amar i envejecer.
Ya no me encuentro preguntando como dar;
por fin comparto, por el miedo de perder,
el milagro de tus caricias
llegando el amanecer.
Ya no me puedo contestar un “yo que sé?”,
por fin entiendo qe en tus redes yo caí.
Ya no me encuentro preguntándome un “por qé?”.
Porqe te vi, te deje entrar,
cerré la puerta i te elegí.
qe si estoy fané, las pequeñas cosas
se bañen del brillo de tu ternura
qe transmitís cuando me mirás.
Hoi puedo entender qe te gusta el té,
qe odias el café, qe no querés rosas,
qe a pesar del vértigo no hai altura
qe impida qe me saque el disfraz.
Tirando a matar, dándonos changüí,
puro razonar, puro frenesí.
Se escribe así nuestra historia,
qe funcione o no, qe esté bien o mal,
vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más,
sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá,
retocándolo, pero siempre juntos.
Ya no le temo a ese cagón que habita en mi,
ni a sus ataques tontos de furia precoz;
distingo excusa y resultado,
i ahora elijo estar con vos.
Ya no me encuentro figurando en el veraz,
por fin no debo más de lo que va a venir;
pago el precio de tenerte,
darte amor y ser felíz.
Ya no me puedo contestar un “yo que sé?”,
por fin entiendo que en tus redes yo caí.
Ya no me encuentro preguntándome un “por qué?”.
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí.
Porque me es imposible imaginar
agonía más cruel, más aterradora
qe tu cuánto i mi alma alejándose;
Uno arriba del tren i otro en la estación.
En los momentos en los qe quiero escapar
De mi propia piel, vos sos mi doctora;
con tu panza i mi panza rozándose
no hai poeta que no haga una canción.
Tirando a matar, dándonos changüí,
puro razonar, puro frenesí.
Se escribe así nuestra historia,
que funcione o no, que esté bien o mal,
vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más,
sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá,
retocándolo, pero siempre juntos.