Carla Bruni es un notable ejemplo de alguien que ha logrado trascender lo puramente musical para convertirse en un ícono cultural y una figura influyente en diversos ámbitos. Nacida el 23 de diciembre de 1967 en Turín, Italia, Carla Gilberta Bruni Tedeschi proviene de una familia adinerada y artística que se trasladó a Francia cuando ella era una niña. Su ascendente en el mundo del arte y la música no es el resultado de un camino convencional, sino de una serie de elecciones audaces que han definido su carrera y su vida personal.
Desde temprana edad, Carla mostró un profundo interés por la música y el arte. Hija de la pianista concertista Marisa Borini y del empresario y compositor Alberto Bruni Tedeschi, Carla creció en un entorno que favoreció su sensibilidad artística. La familia se estableció en Francia huyendo de la amenaza de secuestro por parte de las Brigadas Rojas, un grupo terrorista italiano de la época.
Durante su infancia, Carla recibió una educación privilegiada en algunos de los mejores colegios de París, apuntalada por una sólida formación musical y cultural. No obstante, su destino inicial parecía orientado hacia el mundo de la moda.
A sus 19 años, Carla Bruni decidió dejar sus estudios de arquitectura para adentrarse en el mundo del modelaje. Los 90 fueron una década prolífica para ella en este campo. Trabajó con las casas de moda más prestigiosas, como Dior, Givenchy y Chanel,
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L´amoureuse
Parece que alguien haya convocado la esperanza
Las calles son jardines, yo bailo sobre las aceras
Parece que mis brazos se hayan convertido en alas
Que a cada instante que vuela yo pueda tocar el cielo
Que a cada instante que pasa yo pueda comer el cielo.
Los campanarios están inclinados, los arboles desatinan.
Se hunden bajo las flores, en lo más rojo del otoño.
La nieve no funde ya, la lluvia canta despacio
E incluso las farolas tienen un aire impaciente
E incluso los pájaros se dan el aire importante.
Porque yo soy la enamorada, sí, yo soy la enamorada
Y tengo en mis manos la única de todas las cosas
Yo soy la enamorada, yo soy tu enamorada
Y yo canto para ti la única de todas las cosas.
Que valga de ser aquí, que valga de ser aquí.
El tiempo se paró, las horas son volubles
Los minutos tiritan y el aburrimiento hace naufragio.
Todo parece desconocido, todo muerde bajo el diente
Y el ruido de la pena se aleja lentamente
y el ruido del pasado se calla simplemente.
Oh, los muros cambian de piedras
El cielo cambia de nubes
La vida cambia de maneras y bailan los espejismos.
Vimos, me han dicho el destino mostrarse
Daba el aire como quien no quiere la cosa de llevarse todo
Tenía tu paso, tu modo de hablar.
Porque yo soy la enamorada, sí, yo soy la enamorada
Y tengo en mis manos la única de todas las cosas
Yo soy la enamorada, yo soy tu enamorada
Y yo canto para ti la única de todas las cosas.
Que valga de ser aquí, que valga de ser aquí.