Hablándote, hablándome
Con una luna que me mira tras de ti
brindando el alma con dos copas de elixir,
robándole al aire mil caricias para dar,
y mil estrellas que son velas, nada más.
Con unos ojos que preguntan sin parar,
con un deseo imposible de frenar.
Hablándote, hablándome,
nos dan las horas del amanecer.
Mirándote, mirándome,
se va enredando piel con piel
Amándote, amándome,
no queda sitio para tres.
Dejándote, dejándome,
tenemos ganas de volver.
Sin traje blanco y sin boda en el altar,
las promesas que jamás se cumplirán.
Ninguna agencia cobrará su comisión,
sin intereses ni deberes de los dos.
Amor del alma, sin papeles ni control,
amor de amantes, alas en el corazón.
Hablándote, hablándome,
nos dan las horas del amanecer.
Mirándote, mirándome,
se va enredando piel con piel.
Amándote, amándome,
no queda sitio para tres.
Dejándote, dejándome,
tenemos ganas de volver.
Ninguna iglesia nos echó su bendición,
ningún gobierno dio permiso a nuestro amor.
jugando al equilibrista,
jugando al equilibrista,
jugando al equilibrista.
Hablándote, hablándome,
nos dan las horas del amanecer.
Mirándote, mirándome,
se va enredando piel con piel.
Amándote, amándome,
no queda sitio para tres.
Dejándote, dejándome,
tenemos ganas de volver.
Hablándote, hablándome,
nos dan las horas del amanecer.
Mirándote, mirándome,
se va enredando piel con piel.
Amándote, amándome,
no queda sitio para tres.
Dejándote, dejándome,
tenemos ganas de volver.
Hablándote, hablándome,
nos dan las horas del amanecer.
Mirándote, mirándome,
se va enredando piel con piel.
Amándote, amándome,
no queda sitio para tres.
Dejándote, dejándome,
tenemos ganas de volver.