Muñeca
Eras la luz de mis ojos,
mi muñeca de cristal.
Eras, mujer, como una flor,
que no se deja cortar.
Y ahora que vuelvo a encontrarte,
tu mirada se endureció.
Y aquella piel que tanto amé,
la droga te la quemó.
Vives deprisa, muñeca,
y así te vas a matar.
Eras la reina de mi amor,
y ahora, ¡qué pena me das!
Fuiste mi sueño imposible,
lo que nunca logré tocar.
Y en cambio hoy el cuerpo aquel
lo vendes para volar.
Vives deprisa, muñeca,
y así te vas a matar.
Eras la reina de mi amor,
y ahora, ¡qué pena me das!
Hubiera dado hasta mi vida ayer
por ser tu sombra o tu perro fiel.
Te quise amar, pero ya ves,
la droga es tu gran amor.
Vives deprisa, muñeca,
y así te vas a matar.
Eras la reina de mi amor,
y ahora, ¡qué pena me das!