El tio Alberto en el día de la bicicleta
Cambio la luz,
y el pedaleo.
La callesitas de Basilea,
seguían igual.
Mundo exterior, y mundo interior,
fueron lo mismo por el sendero que recorrió.
Bravo por el tío,
por el tío Alberto,
si ves en el fondo, vos ves el fondo,
gracias a el.
Se descuido,
su conciencia quebró.
Venció a la muerte,
la pequeña muerte, que descubrió.
Agonizo, y renació,
y una palabra logro abarcar, lo que lo invadió.
Luego quiso saber,
porque Dios calla así.
Silencian el dolor, que nos da,
miedo a la oscuridad.
Llega el temor, y lo libero,
lastimaduras en la inocencia de su niñez.
Y de ahí en mas, enderezo,
también mi vida con la conciencia que la asomo.
No estaba seguro,
de entender que oía
ni lo que veía,
podía creer que fuera verdad.
Luego quiso saber,
porque Dios calla así.
Silencian el dolor, que nos da,
no entender la oscuridad...