Jorge González Ríos, conocido simplemente como Jorge González, es una de las figuras más emblemáticas de la música chilena. Reconocido por su papel como líder de la influyente banda Los Prisioneros, su carrera refleja no solo un talento artístico excepcional sino también un profundo compromiso político y social. Esta biografía proporciona un recorrido exhaustivo por su vida, pasando por sus primeros años, su ascenso a la fama, su carrera en solitario y su impacto duradero en la cultura chilena y latinoamericana.
Jorge González nació el 6 de diciembre de 1964 en San Miguel, un barrio obrero de Santiago de Chile. Desde una temprana edad, mostró un interés innato por la música. Criado en un entorno donde predominaba la música popular y folklórica, González absorbió diversas influencias, que más adelante plasmaría en sus composiciones. En su adolescencia, comenzó a tocar la guitarra y el teclado, además de mostrar un talento lírico que marcaría su futura carrera.
En 1982, Jorge González, junto a Miguel Tapia y Claudio Narea, formó la banda Los Prisioneros. Este trío rápidamente se convirtió en un fenómeno en el panorama musical chileno. Con letras que abordaban temas sociales y políticos, Los Prisioneros ofrecieron una voz crítica en un Chile que vivía bajo el régimen de Augusto Pinochet. Canciones como "El baile de los que sobran", "We Are Sudamerican Rockers" y "¿Por qué no se van?" se convirtieron en himnos generacionales.
Te voy a abrazar, voy a besar tu piel
Hasta dormirnos de cansancio
Amo escucharte hablar, tratar de explicar
Lo que en tu mente se desarma
Si esto es amistad, linda casualidad
Si acaso llueva pura magia
Déjame confundir, quiero ser libre al fin
Yo solo tengo este presente
Y yo nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Que yo nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Podría calcular, mi fuerza controlar
Y esperar el mejor momento ¿no?
No soy un cazador, yo sé lo que es el dolor
Hago cualquiera, pero no miento
Porque nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Que yo nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Yo lo he pasado bien, pero he vivido mal
Ya no me gustan los finales
Si puedes respetar mi manera de estar
Conocerás mi vibración entera
Y yo nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Que yo nunca, nunca, nunca
Te haría daño
Nunca te haría daño
Nunca te voy a herir
Quédate…