El grupo argentino Las Pelotas nació en un contexto de profunda tristeza y desorientación. En 1987, tras la muerte del emblemático cantante Luca Prodan, la banda Sumo, que habÃa revolucionado la escena del rock argentino, se disolvió. Sin embargo, algo nuevo y poderoso surgirÃa de las cenizas de esa separación. Germán Daffunchio, guitarrista de Sumo, y Alejandro Sokol, una de las figuras más carismáticas de la música argentina, decidieron unirse para formar un nuevo proyecto que mantuviera viva la chispa creativa de su predecesor.
Inicialmente, Las Pelotas tuvo una alineación inestable, con varios músicos entrando y saliendo de la formación. No obstante, la visión clara de Daffunchio y Sokol contribuyó a dar forma a un sonido propio que combinaba elementos de reggae, rock y punk con una profunda lÃrica.
En 1991, la banda finalmente lanzó su primer álbum, "Corderos en la noche", un trabajo que rápidamente se ganó el reconocimiento tanto de la crÃtica como del público. Canciones como "Sin Hilo" y "Bombachitas Rosas" se convirtieron en himnos para una generación que buscaba nuevas voces en el panorama musical nacional.
El éxito inicial de Las Pelotas no fue efÃmero. En los años siguientes lanzaron varios álbumes que consolidaron su posición en la escena del rock argentino. "Máscara de sal" (1994) y "Amor seco" (2003) son trabajos que evidencian una evolución en términos de composición y madurez artÃstica sin dejar de lado la potencia y la honestidad
Ver BiograFia Completa
Una alfombra azul, para nuestro rey,
rey de los que no tienen ni para comer,
afila el cuerno que,
nunca se irán,
esto es así, siempre fue igual.
no existe un mago que me haga feliz,
no existe un hombre para servir,
no vale nada lo que vos decís,
pero no tengas miedo
del arlequín...
solito vas, solito vas
solito vas, solito vas
que caras más hermosas hay en el cartel,
ríen de todas las cosas que nos van a hacer,
volvete globo que,
nunca se irán,
esto es así, siempre fue igual.
y si lo sigues te vas a decir,
que bueno el amo, no va a fingir,
como muñecos de un final feliz,
durmiendo alegres el porvenir,
pero...
solito vas, solito vas
solito vas, solito vas