En el año 1997, en Montevideo, Uruguay, un grupo de amigos de la adolescencia decidió unirse para formar lo que con el tiempo se convertiría en una de las bandas más influyentes de la escena musical uruguaya: Once Tiros. La banda nació en un contexto donde la música popular uruguaya empezaba a experimentar con nuevas fusiones y géneros.
En sus primeros años, Once Tiros comenzó a hacerse un nombre tocando en pequeños bares y festivales locales. El grupo empezó a ganar seguidores gracias a su mezcla única de rock, ska, reggae y punk. En 1999 lanzaron su primer demo titulado "Once Tiros", que rápidamente capturó la atención de un público joven ansioso por nuevas propuestas musicales.
El 2002 marcó un antes y un después en la carrera de Once Tiros con el lanzamiento de "Parvadomus", su primer álbum de estudio. Este disco consolidó su posición en la escena musical y les permitió llegar a un público más amplio. Con éxitos como "La Máquina" y "Diferente", la banda empezó a definir su estilo, caracterizado por letras comprometidas y una energía arrolladora en vivo.
Con el objetivo de seguir evolucionando y madurando su sonido, en 2004 Once Tiros lanzó "Glamour y Violencia". Este álbum fue recibido con entusiasmo tanto por los críticos como por sus seguidores. La mezcla de ritmos, junto con letras que abordaban temas sociales y personales, colocaron a la banda en un lugar
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Injusticia divina
¿Dónde esta lo mío mujer, yegua desalmada?
¿Dónde has dejado mi piel?
Debajo de la cama quizás
Y amanezco tumbao sin poder contestar
¿De qué carajo hago acá?
Encontré mi alma dentro de un cajón
¿Qué pasó con tu risa que ahora está hecha un bajón?
Y dejaré que siga ocurriendo
No dejaré que se vaya oscureciendo
Prestame un poco de atención
Pelearé por un amanecer, solo uno más
Solo uno más, solo uno más
Cavo, cavo, cavo en busca de algún querubin
Que me otorgue una noche de estellas y de rubí
Y esperaré, abajo de la sombra de algún arbol muerto
Echo a la suerte mi final... y es más!
Pelearé por un amanecer, solo uno más
Solo uno más, solo uno más
Cavo, cavo, cavo en busca de algún querubin
Que me otorgue una noche de estellas y de rubí
Vago, vago en vano buscando mi lugar
Y quién me dice si algún día lo voy a encontrar
Y esperaré, abajo de la sombra de algún arbol muerto
Echo a la suerte mi final...