Bobby Valentín, conocido como "El Rey del Bajo", nació el 9 de junio de 1941 en Orocovis, un pequeño pueblo en las montañas de Puerto Rico. Desde temprana edad, mostró un interés excepcional por la música. Su familia se dio cuenta de su talento y lo apoyó en su camino, comprándole su primer instrumento, una guitarra, cuando aún era niño. Pero la guitarra fue solo el inicio de una carrera musical que lo llevaría a dominar varios instrumentos.
En su adolescencia, Valentín se trasladó con su familia a Nueva York, una ciudad que ofrecía un vibrante mundo musical y múltiples oportunidades. Durante sus años en Nueva York, estudió música formalmente y aprendió a tocar el bajo, instrumento que se convertiría en su sello personal dentro del mundo de la salsa.
El talento de Valentín fue pronto reconocido por diversas bandas y orquestas de la época. A mediados de los años 60, se unió a la orquesta de Tito Rodríguez, uno de los grandes nombres del mambo y la salsa. Este periodo fue crucial en su desarrollo profesional. Trabajar junto a Rodríguez le permitió adquirir valiosas lecciones de disciplina y rigor musical.
Más tarde, ingresó en la mítica agrupación de Willie Rosario, donde también portó el bajo. Su virtuosismo y capacidad para innovar rápidamente lo convirtieron en una figura clave en cada banda en la que tocaba.
En 1965, con una considerable experiencia acumulada, Bobby Valentín
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Cállate corazón
Llévale un saludo a ella… mira, de parte de mí.
Yo sé bien ya quien es ella y ella sabe que yo fui.
Cállate corazón, cállate, cállate corazón no llores.
Una pena y otra pena son dos penas para mí
ayer lloré por dejarte y hoy canto porque te vi.
Yo siempre te dije linda que sufro mucho por ti,
pero no vale la pena para qué me haces sufrir.
Cuando pases por el puente donde corre agua del rio
no dejes amor pendiente como dejaste el mío.
Coro:
Cállate, cállate, cállate corazón no digas nada.
Cuando poseías belleza tú no me querías querer
y ahora qué te pasa que no se te ve
te estás poniendo vieja mujer.
Mamita si tú me quieres no se lo digas a nadie
pero que metete la mano en el pecho izquierdo
y dile al corazón que calle.
De lo que te has perdido la noche de anoche por no estar conmigo
de lo que te has perdido yo con tanto fuego y tu pasando frio.
~
Pero que no y no, no, no, y no, no, no…tú sabes que no soy libre
yo no te quiero engañar pero estoy a tu servicio por si me quieres usar.
Y quiero que vuelvas conmigo mulata sabrosa pues te estoy amando
con cariño me ganaste, tu ausencia me está matando.
Calla corazón, calla corazón.