La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, comúnmente conocida como La Maldita Vecindad, es una banda de rock mexicano que se ha convertido en un referente de la música y la cultura de México. Con una mezcla única de ska, rock, y otros géneros, la banda ha sabido capturar y expresar las vibraciones socio-políticas y culturales del país. Esta es la historia de una agrupación que ha dejado una huella imborrable en la música latinoamericana.
La Maldita Vecindad se formó en 1985 en la Ciudad de México, en un contexto de agitación social y económica. Su música y su actitud contestataria resonaron inmediatamente con la juventud mexicana, deseosa de encontrar una voz que representara sus luchas y esperanzas. Sus miembros fundadores fueron:
El nombre de la banda evoca una imagen de comunidad y vecindad, sumergiéndose en las vivencias cotidianas del México urbano. Sus primeras presentaciones en pequeños clubes y calles les otorgaron una reputación de ser una banda cercana al pueblo, que compartía sus luchas y celebraciones.
En 1989 lanzaron su primer álbum, Mucho Barato..., que aunque recibió buena acogida, realmente no sería hasta su siguiente trabajo que alcanzarían el estrellato. En 1991, con el lanzamiento del álbum El Circo, La Maldita Vecindad consolidó su lugar en la escena musical. El álbum incluyó algunos de sus temas más icónicos como "Kumbala" y "Pachuco", los cuales se convirtieron en
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El chulo
Viene aquel chulo cruzando la Alameda
con la changuita que ya ligó
Se faja, se peina,
nomás una chaineada,
que facha, que tipo,
le tiran unas chavas.
Tiene 10 años dejados en el tanque
aunque, me caí, ni la sintió.
Poncha que rola, prendiendo la choya
de aquél que se deje encandilar.
Viene caminando, casi está bailando,
chatos pasan raudos, los viene driblando.
Se va con la cholita,
se chuta una viejita,
se tira un chanflazo,
ahora un cabezaso
y vive goleando la canija vida.
Sus manos roladas,
su cara charrasqueada,
sus ojos, ¡aguas!,
te cachan de volada.
Su mujer baila en el congal Tijuana,
ahí se coopera con la luz.
El alma solita aguanta siempre la vara,
el miedo no cabe, se va a la tiznada.
A la tiznada