La Mancha de Rolando es una banda de rock argentina que ha dejado una huella indeleble en la escena musical del país. Nacida en Avellaneda, en el conurbano bonaerense, la banda se formó en 1991. Los miembros originales eran Manuel Quieto en la voz, Ricardo "Rocambole" Cohen en el bajo, Pablo Guerra en la guitarra y Gastón "Kung Fu" Reyes en la batería. Desde sus comienzos, el grupo destacó por su enfoque en el rock de raíces, con letras cargadas de contenido social y político.
Después de varios años tocando en el circuito under de Buenos Aires, La Mancha de Rolando lanzó su primer álbum, "Archipiedra", en 1993. Este trabajo inicial mostró la crudeza y pasión del grupo, y rápidamente captó la atención de los fanáticos del rock argentino. El sencillo "Cabecita Negra" se convirtió en un himno de la banda, presentando una mezcla de rock clásico y sonidos autóctonos argentinos.
Durante la segunda mitad de los años 90, La Mancha de Rolando consolidó su lugar en la escena musical argentina con una serie de álbumes bien recibidos, incluyendo "La Ley del Gomer" (1996) y "Cabaña Elderly" (1998). La banda comenzó a tocar en estadios y festivales importantes, lo que ayudó a expandir su base de seguidores. Además, sus letras, influenciadas por la injusticia social y la vida de los barrios trabajadores, resonaron fuertemente en el público.
Quiero unas alas para llegar donde dejé el sendero,
donde levantar mi casa cerca del cielo.
Quiero una copa llena de vino,
quiero a mis compañeros para brindar por la libertad de mi pueblo.
Y pelearé si eso es necesario y mataré si debo,
mi nombre llegará donde sopla el viento.
Quién me enseño esta resignación, quién fusiló mis sueños,
un águila que pocos toman en serio.
Y los traidores de este lugar, reino de hambre y de miedo,
tendrán que soportar la ira de los pueblos.
Sepan que no descansaré que romperé los suelos,
para sembrar la semilla del mundo nuevo.
No mires alrededor, no busques consuelo,
no pensés en lo peor si ya estás cerca del cielo.
Hoy tus ojos pueden ver horizontes nuevos
y el silencio hizo estallar los muros del encierro.