Naruto Shippuuden no solo es una serie icónica de anime y manga, sino que también ha dejado una huella imborrable en la industria musical. Este "grupo/cantante", como se le conoce popularmente, se ha convertido en una poderosa fuerza cultural que une a fans de todas partes del mundo a través de sus emocionantes temas de apertura y cierre. A continuación, te invito a conocer la historia completa de este fenómeno musical.
La música de Naruto Shippuuden se originó en Japón, en conjunto con el estreno del anime, que es una continuación directa del popular Naruto. La serie, que comenzó a transmitirse en 2007, necesitaba una banda sonora que no solo acompañara las emocionantes aventuras de Naruto Uzumaki, sino también que envolviera emocionalmente a los espectadores.
El compositor Yasuharu Takanashi fue uno de los principales responsables de la música de la serie. Su estilo, que incorpora elementos tradicionales japoneses con influencias contemporáneas, logró proporcionar a la serie una identidad musical única y potente.
Uno de los aspectos más destacados de Naruto Shippuuden son sus temas de apertura y cierre. Estos no solo anuncian el comienzo y el fin de cada episodio, sino que también reflejan los estados emocionales y narrativos de los personajes.
Bacchikoi !!
¡Vamos, vamos! ¡Baby!
¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!
¿Los errores del pasado te dejaron derrotado?
¡Te presionas! ¡Te presionas!
¡Tienes tus nuevas ropas cubiertas de salsa!
¡No te preocupes! ¡No te preocupes!
Hay lágrimas en mis ojos.
No importa lo hambriento y enojado que estés
iré corriendo por algo de comer para tí
¡Siempre seremos buenos amigos!
Vientos, tornados o huracanes, lo lograremos. ¡Vamos!
Aunque nos separemos seguimos
estando bajo el mismo cielo
así que sonríe, persevera.
¡Hagámoslo! ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Hazlo!
¡Vamos, vamos! ¡Baby!
Aunque el sol ya no diga sí, sí
¡Vamos, vamos! ¡Baby!
Soñaremos juntos tú y yo. ¡Sí, sí!
¡Vamos, vamos! ¡Baby!
Sin importar lo que suceda, sigue peleando.
¡Sí, sí! ¡Vamos, vamos! ¡Baby!
La noche es oscura, el día será soleado.
¡Sí, sí!
Nananananananana...
Nanananananananananana...
¡Vamos!