En el vibrante universo del rock japonés, destaca un nombre que ha dejado una huella imborrable: SID. Este grupo, fundado en 2003, es el resultado de la unión de talentos únicos que comparten una pasión por la música y una visión artística distintiva. SID se compone de cuatro miembros: Mao (vocalista), Shinji (guitarrista), Aki (bajista) y Yuuya (baterista). Su debut no solo marcó el comienzo de una nueva era en sus vidas, sino también en el mundo del J-Rock.
Mao, cuyo nombre real es Hideto Murata, nació el 23 de octubre de 1977. Con una voz que puede evocar una profundidad emocional impresionante, Mao es el corazón del grupo. Su capacidad para conectar con el público a través de sus letras ha sido un componente vital del éxito de SID.
Shinji, cuyo nombre real es Shinji Ninomiya, trajo una destreza instrumental sin igual al grupo. Nacido el 8 de febrero de 1979, su estilo único y sus solos de guitarra llenos de emoción rápidamente lo hicieron destacar en la escena musical.
Aki (nombre real: Akihito Ooki), nacido el 3 de febrero de 1981, añadió una dimensión rítmica esencial al grupo. Su pasión por la música y su talento natural para el bajo han sido vitales para el sonido distintivo de SID.
Yuuya (nombre real: Yuya Yanagi), nacido el 9 de diciembre de 1979,
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Uso
El cielo que vimos aquel día, un cielo rojizo
¿Te acuerdas de eso?
Hicimos una promesa rodeados de viento de un nuevo verano
estábamos juntos
Detrás de sonrisas forzadas
escondemos una sombra que se extiende,
es por eso que mientras pretendemos olvidar
hemos escogido renacer
Esperando las inquebrantables noticias sobre la mesa
En aquellas noches vacías en que las mañanas
no parecen llegar.
Lo sabía todo.
El cielo que vimos aquel día, un cielo rojizo
Recordémoslo algún día ¿Si?
Tomando las promesas que no pudimos cumplir
andaremos juntos
El sonido, el color y la temperatura
han sido recortados a la mitad
en esta habitación.
Desordenando todo otra vez,
temblando, cansados después de ir a dormir.
Engaño, nos odiamos y amamos las mentiras
Esas fueron tus palabras.
Ahora, en estos momentos
esos sentimientos son dolorosos
y por eso decimos adiós.
Nos saludaremos de manos diciendo que
nos veremos de nuevo algún día,
pero probablemente
nunca nos volvamos a ver.
La ultima mentira,
era una mentira difícil de olvidar.
El cielo que vimos aquel día, un cielo rojizo
Te recuerdo que algún día
mientras abrazamos aquella promesa
que no pudimos cumplir,
empezaremos a caminar.