Botas, botas
Amigo, le estoy oyendo
su espich de contestatario.
Yo no soy militarista
pero tampoco romántico.
Si la paz sobre la Tierra
viniera para quedarse,
no habría botas militares.
Siga esperando el milagro.
En el polo el estanciero
usa las de caña alta,
y las botas de acordeón
en el chamamé hacen falta.
Botas usa el gran John Guaine
al servicio de la CIA.
Y en la batalla del Maine
quedaron botas vacías.