Me duermo en el alba
¿Qué fue lo primero?
¿Mi sed o su agua?
¿Mi fuego o su fuego?
¿Caricia o almohada?
¿Quién la puso ahí?
Juro que no estaba.
Nunca quise yo
mujer consagrada.
Es la del destino.
Por eso me espanta.
Me enrosco con ella.
Me duermo en el alba.
Es una mujer,
una agüita brava,
la sed que me enciende
incendios muy largos.
Es la del destino.
Por eso me espanta.
Me enrosco con ella.
Me duermo en el alba.