En el caluroso verano del 16 de julio de 1948, en la Ciudad de Panamá, nació Rubén Blades Bellido de Luna. Creció en una familia de músicos; su padre, Rubén Darío Blades Sr., era deportista y percusionista, mientras que su madre, Anoland Bellido de Luna, fue una talentosa cantante y pianista. La influencia musical en su hogar no solo fue una constante, sino una importante base para el desarrollo artístico del joven Rubén.
A lo largo de su juventud, Rubén mostró una inclinación natural hacia la música, pero también hacia los estudios académicos. Se graduó con una licenciatura en Derecho de la Universidad Nacional de Panamá y más tarde se mudó a los Estados Unidos. Allí obtuvo una maestría en Derecho Internacional de la Universidad de Harvard. Este equilibrio entre educación y pasión artística sería un distintivo en su carrera.
En 1974, Rubén Blades se mudó a Nueva York, el epicentro mundial de la salsa en aquel momento. Ingresó a las filas de Fania Records, el sello discográfico más prestigioso del género. Su debut en la escena de la salsa se dio junto a Ray Barretto en el álbum "Barretto". Sin embargo, su verdadera consagración llegaría con una colaboración con el legendario Willie Colón.
En 1978, el álbum "Siembra" fue lanzado y revolucionó la música salsa. Este trabajo incluye éxitos icónicos
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Desahucio
La soga sigue partiendo por lo más fino.
De más está predicar que así es el destino.
Parece que no tener plata es un delito.
Que vale más la injusticia que el "Ay, bendito!"
Los pobres querían un sitio en dónde vivir, y comenzar,
desde ahí, su recuperación. Sabían que su permanencia
era ilegal, pero, sin dinero, no hubo otra solución.
Su desahucio todo el mundo lo comentó. Justicia que
en asesina se convirtió, tronchando la vida humilde de
una mujer: la Ley aplicada mal deja de ser Ley.
No fueron en nombre del entendimiento. No hubo
explicaciones, ni hubo sentimiento. Luciendo uniformes
de orden y proceso llegó un pelotón de fusilamiento.
La sangre inocente nos cubrió de duelo. Los gritos de
muerte despertaron a un pueblo.
Cuerpo acribillado, que lección encierras: para el pobre,
el cielo: pa'l rico, la tierra!
Ella no te pide pena, sólo tu respeto y ya!
Todos tenemos derecho a vivir con dignidad.
No te pide privilegios, ni te pide caridad.
Esto debe quedar claro: sin justicia no habrá paz.
Si ésta tierra es para todos, no la asfixies con alambre.
Para tú vivir mejor no mates a otros de hambre.
Sin demagogia ni ideología dale entrada al pobre en la
economía. La Patria no es una finca que se puede
hipotecar. Si es verdad que Cristo viene, mejor huye
Camará!