Dentro del vasto universo de la música argentina, Zambayonny constituye un fenómeno digno de atención. Su nombre artístico, adoptado por el cantautor Diego Perdomo, resuena íntimamente entre los seguidores de la música popular y la trova urbana. Zambayonny ha conseguido capturar, a través de sus letras, la esencia de los rincones más cotidianos y grises de la vida urbana, dotándolos de una sensibilidad única y una ironía siempre astuta.
Nacido en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Diego Perdomo comenzó su incursión en el mundo artístico en plena adolescencia. Fue en esos años de formación en los que el joven Zambayonny empezó a mostrar interés por la música y la literatura. Influenciado por artistas nacionales como Charly García y Joaquín Sabina, Zambayonny comenzó a componer canciones y poemas que relataban las pequeñas tragedias y alegrías del día a día.
El nombre 'Zambayonny' constituye un guiño irónico a los nombres rimbombantes y a la vez es una celebración de la simplicidad. Adoptado como parte de su identidad artística, este pseudónimo refleja su estilo irreverente y directo. Zambayonny no busca la perfección técnica, sino la honestidad y la conexión emocional con su audiencia.
Uno de los factores cruciales en la carrera de Zambayonny fue el auge de las plataformas digitales. En los años 2000, Zambayonny comenzó a distribuir sus primeras canciones a través de Internet, formando así una comunidad de seguidores que apoyaron su propuesta musical.
Ver BiograFia Completa
Miedo a los truenos
Nos vimos una vez más después de la última
para dejarnos en claro que éramos bravos
que teníamos en las venas siete banderas
que nos echaron de la escuela en segundo grado.
Ella llevaba un vestido que le di en su cumpleaños
y yo un sombrero muy feo que no hacía juego con nada
pero que a ella le divertía como me iba
porque decía que parecía una propaganda.
Fuimos al bar donde fuimos cuando nos conocimos
la misma mesa estaba ocupada así que esperamos
ahí parados por más que el mozo se molestara
con una dama y su servidor porque lo ignoramos.
Cuando se fueron algo dijeron que no escuchamos
pero la mesa de las promesas quedo vacía
lo compensamos adelantándole la propina
al mozo para que no nos diera vasos usados.
Y como si todo acabara de empezar
como si nunca más fuese a llover
como si nunca nos dejamos de pensar
como si mañana fuese igual que ayer.
Hablamos de amor, como si alguno supiera
de aquel verano que casi vamos a la frontera
que no hubo nada mejor y qué importa que yo te quiera
que los dos sabemos lo que pasó,
que no fue un buen show pero que quedo gente afuera.
Hicimos cuentas de nuevo como tramposos
que se conocen los artificios y se perdonan
en estos temas tener razón sirve de tan poco
que hay que estar loco para tomarse en serio las bromas.
Con el correr de los cigarrillos y las sonrisas
llegó el momento de preguntar ¿para qué vinimos?
si yo me estoy mal acostumbrando a dormir en sillas
y vos compraste el sommier a plazos con tu vecino.
Se hacía de noche pero sin besos como aquel año
mañana tengo que madrugar para suicidarme
se te hace tarde para encontrar lo que ya buscamos
mejor te vas y mejor me quedo probando tragos.
Pero de pronto nos pareció que afuera llovía
¿a donde iremos con este miedo a los truenos?
¿qué te dirán los del pronóstico del tiempo?
cuando se enteren de la tormenta que se perdieron.
Y como si todo acabara de empezar
como si nunca más fuese a llover
como si nunca nos dejamos de pensar
como si mañana fuese igual que ayer.
Hablamos de amor, como si alguno supiera
de aquel verano que casi vamos a la frontera
que no hubo nada mejor y qué importa que yo te quiera
que los dos sabemos lo que pasó,
que no fue un mal show pero que quedo gente afuera.