Iván Ferreiro nació el 15 de agosto de 1970 en Nigrán, un pequeño pueblo de Galicia, España. Desde una edad temprana mostró interés por la música, un rasgo que se hizo más evidente cuando empezó a tocar el piano. Aunque su familia no tenía antecedentes musicales destacados, Iván encontró inspiración en su entorno y en los artistas que escuchaba, como los miembros de la movida madrileña de los años 80.
En 1991, junto a unos amigos, Iván fundó la banda Los Piratas. La banda rápidamente ganó notoriedad en la escena alternativa española, siendo uno de los pioneros del indie rock en el país. Sus canciones, influenciadas por el pop y el rock de los 80, mezcladas con letras profundas y existenciales, resonaron con una audiencia que buscaba algo diferente a lo que dominaba la radio en ese momento.
Tras la disolución de Los Piratas en 2004, Iván Ferreiro no perdió tiempo en explorar nuevos horizontes musicales. Ese mismo año lanzó su primer disco en solitario, “Canciones para el tiempo y la distancia”. Este álbum se destacó por su intimismo y letras introspectivas, recibiendo elogios tanto
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La estación de la calle Perdido
Desde tu luz
que rezuma el deseo
Hasta tus sombras
en technicolor
Recorreré con cuidado el camino
que lleva hasta los dos...
Te meterás dentro de mis entrañas
Desde mi piel hasta mi corazón
Esperaré que se coman las flores...
Los restos del Amor.
Con la emoción de los días de fiesta
Te subiré la reverberación
En el cerebro retumba el deseo
no pide explicación
Y en el rincón de las horas perdidas...
El infinito es una realidad
Me lavarás por completo la herida
y brillaré en su lugar
Te meterás dentro de mi cabeza
removerás toda la habitación
Me quedaré componiendo despierta
Una nueva canción
Y en la estación de la calle Perdido
El infinito es una realidad
Y en el tejido que forma el camino
Otra ciudad llegará...
Hasta tu luz que rezuma el deseo
Hasta tus sombras
en technicolor
Recorreré con cuidado el camino
que lleva hasta los dos...