Una inquietud persigue mi alma
Hoy me desperté como un astronauta en hibernación,
el día cuatrocientos veintiséis de la misión.
Preparé café con ibuprofeno y la retransmisión,
empiezan los entrenos a las diez en Montmeló.
Has vuelto a hablar en sueños otra vez,
y me gustó.
Hoy no pude ver los planetas en perfecta conjunción,
ya debe haber parado de llover en Val Miñor.
Y aquella antena que puse para oírte no me funcionó,
la puerta de Tannhäuser se cerró detrás de mí.
Si no recibes esta grabación, es que me perdí;
la nave no avanzaba y deseé vivir en Madrid.