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La Leyenda - Ezequiel Coronado Lyrics

Ezequiel Coronado
Primero hicieron la yunta
y pegaron la carreta,
fueron a traer nopal,
muy dura estaba la seca.
Las vacas en el corral
bramaban y daban tristeza.
Era Ezequiel Coronado
y su hijo de 15 años.
Ensillaron los caballos,
iba el muchacho montado.
También llevaban pistolas
y treinta-treintas plateados.
Cuando estaban chamuscando,
Ezequiel le dijo a su hijo:
"Tú ya eres un hombrecito,
escucha lo que te digo.
Por mi culpa nunca has ido
al pueblo, ahí están mis enemigos.
Todo empezó en la cantina
un día, un dos de mayo.
Tú y tu mamá me esperaban
afuera con los caballos.
Yo entré a cobrar un dinero
por la venta de un caballo.
Ramón estaba tomando
con cuatro de sus hermanos.
'A qué has venido, Ezequiel,
qué es lo que me estás cobrando.
Yo a ti no te debo nada,
ahorita te vas largando.'
Se acabaron las palabras,
yo maté a Ramón y a Celso.
Cuando salí pa' la calle,
tu madre ya había muerto.
Tenía un balazo en la frente,
yo lloro cuando me acuerdo.
Por si algún día me matan,
puedes irte para Bravo.
No digas quién fue tu padre,
para que vivas tranquilo.
Ahí viven los Cantú,
ellos son mis enemigos.
En una tierra marcada por la dureza y la angustia, Ezequiel Coronado y su joven hijo de 15 años emprenden un viaje con un propósito sombrío. Entre el bramar de las vacas y la sequedad del nopal, preparan sus caballos y empuñan sus armas plateadas.... Significado de la letra