En el corazón del norte de México, cuna de la música regional, nació un joven con un talento innato y una pasión desbordante por el sonido de la tierra. Ariel Camacho, originario de Guamúchil, Sinaloa, desde temprana edad mostró habilidades excepcionales para tocar la guitarra y el requinto. Su estilo particular de interpretar los acordes llamaba la atención de todos a su alrededor.
Con una visión clara y la firme determinación de compartir su música con el mundo, Ariel Camacho reunió a un grupo de talentosos músicos. Así nacieron Los Plebes del Rancho, un conjunto que rápidamente se ganó el corazón del público. El grupo original estaba compuesto por Ariel Camacho al requinto y voz principal, César Iván Sánchez (Nodríguez) en la guitarra y segunda voz, y Omar Burgos en el bajo eléctrico.
La banda se destacó por su interpretación genuina de la música regional mexicana, con un enfoque especial en el corrido y sus ritmos característicos. Sus canciones, cargadas de narrativa y emoción, resonaban de manera profunda con su audiencia, logrando conectar con historias de arraigo, amor y valentía.
El reconocimiento no tardó en llegar. Su primer gran éxito, "El Karma", se convirtió en un himno del género, llevando a la banda a escenarios prominentes y ganando múltiples premios y elogios. El estilo crudo y auténtico de Ariel Camacho, junto con las armonías y melodías de Los Plebes, les
Ver BiograFia Completa
Del 1 Al 10
Vamos contando hasta 10
Amos sacando esta cuenta
No se ocupa contar más
Para poder darnos cuenta
Arrancaremos de cero
Y al 10 le pongo la meta..
Para salir adelante
Hay que pasar por el uno
Al trote de las hormigas
Batallando con el bulto
En el dos, tres y el cuatro
Ahí se queda medio mundo
A la mitad del camino
El cinco tiene una escala
Porque si brincas al seis
Estas fuerte en la batalla
Unos quieren verte arriba
Otros rezan pa’ que caigas..
El siete, número santo
Por ser el fin de semana
Hay que cambiar de camisa
Debe de estar bien sudada
En el ocho no le aflojen
Porque se acaba la viada..
Llegando al número nueve
Debes de estar bien curtido
Pa’ saber diferenciar
Lo corriente de lo fino
Del que te echó tierra encima
Y el que te abrió los caminos
Ensámblate la corona
Tu silla es color dorada
Llegaste al número 10
Era lo que se esperaba
El triunfo no es la moneda
Sino el brillo de tu espada