En las tierras norteñas de México, específicamente en Culiacán, Sinaloa, un grupo de jóvenes talentosos decidió unirse para crear música que resonara con el corazón y el alma de sus paisanos. De esta unión nació Traviezoz de la Zierra, una banda que ha llevado el género de la música regional mexicana a nuevos horizontes. Fundado en 2010, el grupo rápidamente captó la atención del público por su estilo único y por las experiencias auténticas que narran en sus canciones.
El grupo estuvo inicialmente compuesto por José Policarpio Valdez, Ricardo González, Manuel Caro y Emilio Bustamante. Estos artistas aportaron su talento individual y sus experiencias personales para formar un conjunto armónico y poderoso. Desde el teclado melódico hasta la guitarra, cada detalle fue meticulosamente planeado para producir un sonido distintivo.
No pasó mucho tiempo antes de que Traviezoz de la Zierra empezara a ganar popularidad. Sus primeras canciones, como "La Zierra No Se Raja" y "El Compa Lino", se convirtieron en éxitos rotundos. Estas canciones no solo reflejan el estilo de vida del norte de México, sino que también cuentan historias de valentía, amor y lealtad. La autenticidad de sus letras y la calidad de su música capturaron los corazones de muchos fans, tanto en su país de origen como en el extranjero.
El grupo no tardó en llevar su música más allá
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El Vaquero
Un pastor australiano
Nunca se me despegaba
Arreando aquel rebaño
Siempre se nos divisaba
Corría en las praderas
Era libre como el viento
Siempre estaba contento
Creo que nada me faltaba
Con un sombrero roto
Me pude tapar el sol
Luego cumplí los ocho
Y era de estudiar o no
Había un pizarrón
Debajo de una ramada
Llegue y no dije nada
Nada más puse atención
Un día por completo
Hablaron de un tal Cristóbal
Interrumpí al maestro
Se detuvo y me escucho
Yo descubrí una cueva
Donde estaba un armadillo
(Ha y que creen)
Lo hice picadillo
Y mi mamá me lo guiso
Y el profe nomás se río…
Eso no se me olvido
Aquel niño silvestre
No entendía la lectura
Trate de ser paciente
Y no quedarme con la duda
Mis brazos y mi cara
Estaban como el pizarrón
Rayados por las ramas
Y los alambres de púas
Un fuerte olor a estiércol
Dicen que me delataba
Era un niño vaquero
Desde lejos se miraba
Una bolsa de lonchi
Me servía de mochila
Con una voz ladina
No se que canción cantaba
Consejos hubo muchos
De los cuáles aprendí
No conocí los lujos
No había envidias ni dinero
Allá en la ranchería
Les pueden contar de mí
Todos me conocían
Me decían el vaquero
El que andaba con su perro….
Muy cerquita de los cerros.