El grupo español Revolver, con su inconfundible mezcla de rock y pop, ha dejado una huella imborrable en la historia de la música española. Creado en 1988 por Carlos Goñi, Revolver se formó después de la disolución de su anterior banda, Comité Cisne. Carlos Goñi, nacido el 8 de octubre de 1961 en Valencia, decidió seguir su propio camino, fiel a sus ideales y su estilo inconfundible.
El primer álbum de Revolver, Revolver (1989), marcó el inicio de una carrera brillante. Con temas cargados de una intensa emotividad y letras que resonaban con el público, la banda comenzó a ganar notoriedad rápidamente. El sonido de Revolver, caracterizado por la voz rasgada y profunda de Goñi, junto con guitarras potentes y letras introspectivas, empezó a captar la atención de una audiencia cada vez más amplia.
En 1993, Revolver lanzó uno de sus álbumes más icónicos, Si No Hubiera Que Correr, consolidándose como una de las bandas más importantes del rock en español. De este disco destaca el tema Esperando Mi Tren, una balada melancólica que se convirtió en un himno para muchos jóvenes de la época.
El verdadero éxito de masas llegó con su cuarto álbum, El Dorado (1995). Este disco logró una increíble aceptación por parte del público y la crítica, llevándolos a niveles de popularidad insospechados. El Roce de tu Piel y Dentro de Ti son solo dos de los muchos éxitos que se extrajeron de este álbum, y que aún
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No me importa ir de puntillas por tu piel,
pero no me pidas más de lo que soy,
me la juego a cada instante; ganador o perdedor,
por seguir siendo el esclavo de tu amor,
por seguir siendo el esclavo de tu amor.
Caminar por tu cadera es para mí
la mejor de las maneras de morir.
No daré nada más bello
ni más dulce al corazón
que seguir siendo el esclavo de tu amor,
que seguir siendo el esclavo de tu amor.
Y en la noche, mientras duermes, me despierto,
y mi suerte sigue bien, tú estás allí.
Tu calor se mete dentro de mis huesos,
y le digo a Dios que no hay nada mejor
que seguir siendo el esclavo de tu amor.
Y en la noche, mientras duermes, me despierto,
y mi suerte sigue bien, tú estás aquí,
y la vida se me escapa hasta tu cuerpo,
y le digo a Dios que no hay nada mejor
que seguir siendo el esclavo de tu amor,
que seguir siendo el esclavo de tu amor.