La historia de Miguel Comando es una crónica de talento innato y perseverancia incansable. Nacido en un barrio obrero de la ciudad de Medellín, Colombia, Miguel Alejandro González Montoya, conocido artísticamente como Miguel Comando, tuvo sus primeros encuentros con la música a una edad temprana. Apasionado por los sonidos urbanos y la cultura hip-hop, comenzó a rapear en las esquinas de su vecindario, usando las calles como su primer escenario.
Miguel Comando no tardó en captar la atención de su comunidad local. A los 17 años, formó su primer grupo de hip-hop con algunos amigos del barrio, llamado “Los Guerreros Urbanos”. Con un estilo único y letras que resonaban profundamente en la juventud de Medellín, Miguel y su grupo empezaron a generar un seguidor fiel.
En 2005, Miguel decidió lanzar su carrera como solista. Su álbum debut, "Realidades del Barrio", fue un éxito inmediato en las plataformas digitales. Conocido por su autenticidad y contundencia, cada canción narraba vivencias personales y situaciones cotidianas, convirtiéndose en un himno para muchos jóvenes latinoamericanos. Temas como "Callejón Sin Salida" y "Esperanza Perdida" destacaron por su lírica cruda y realista.
Los años subsiguientes vieron a Miguel Comando expandirse más allá de las fronteras de su país. Su capacidad para combinar diversas influencias musicales le dio una dimensión internacional. Participaciones en festivales europeos y colaboraciones con artistas de renombre
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El Monares Para Mi Gente
Mi respeto un jefazo les quedó bien claro a todos en la bola, su ingenio para controlar el terreno siempre fue coco de sobra,
poco a poco la confianza de los jefes se ganaba con honores.
Tijuana estaba orgullosa de tenerlo y hasta le pedia favores, el peligro entre sus venas lo prohibido le fascinó hasta la fecha.
porque dicen que ahora donde él ya se encuentra les sigue dando pelea.
El gobierno me buscaba y también me acobijó por muchos años. tuve el placer de decirle a funcionarios ahí les va pa su mandado.
controlaba el tráfico en la línea de las dos fronteras. las pacas de lijas me llegaban y no había problema.
El imperio se formaba varios tiros varias bajas pero firmes, Zona Norte de Tijuana era toscano y hasta la fecha ahí sigue.
pleitos con causa iniciaba, lo hacía para limpiar o pa echar relajo,
no es mentira se los juro que era bueno cuando tiraba balazos.
(y ahí les va pa La Zonaja, pura gente que no raja,
y si hay broncas en breve atacan,
puro Miguel Comando!)
Me reía de la muerte a carcajadas se lo dije yo en su cara, nunca pudiste llevarme frente a frente tuvo que ser por la espalda.
sin salida me quedaba me llegaron de sorpresa aquel día,
San Judas ahora sí me dejaste abajo no sé porque tú lo harías.
Sin rencores me fui a gusto porque sé que no me fui por una deuda. siempre fui un hombre derecho y de palabra siempre fui gente que es leña.
Pónganse las pilas gente porque saben que la raza es muy cabrona, está de más decirles que fue mi lema ya saben los de la bola,
si lo miran que no les dé miedo pues es igualito,
traes mi sangre Mateo échale ganas, sigue en mi camino.
Mientras tanto que siga la mata dando sigan dándoles pelea, La Zonaja no se renta ni está en venta ya saben pa que la juegan.
la última orden que les giro va pa toda mi gente de ZN, a El Romeo se quedan al pendiente no se confíen de la gente, El de los brazos largos o El Mono
y El Monares pa mi gente.