Tony Sauceda nació en un ambiente lleno de pasión por la música. Desde pequeño, su dedicación y habilidades fueron evidentes para todo aquel que lo rodeaba. En su niñez, ya se podía vislumbrar el talento nato en su voz, una voz que con el tiempo tocaría las almas y corazones de millones.
Creció en una familia devota, donde la música era una pieza central. Sus padres, fervientes creyentes, inculcaron en él valores de fe y amor hacia Dios. Este entorno lo motivó a canalizar su don para el canto en la música cristiana, sintiéndose llamado a difundir mensajes de esperanza y fe a través de sus canciones.
Los años de adolescencia de Tony fueron fundamentales para el desarrollo de su carrera. Fue en esta etapa cuando comenzó a hacer presentaciones en iglesias locales y eventos comunitarios. Sus interpretaciones no tardaron en capturar la atención de los líderes de la comunidad cristiana y pronto se convirtió en un nombre reconocido localmente.
Su inconfundible voz y estilo particular le abrieron las puertas para grabar su primer álbum. Este proyecto, compuesto por canciones que reflejaban su fe y convicciones, recibió una cálida acogida. En muy poco tiempo, Tony Sauceda pasó de ser un talento local a un artista apreciado en el ámbito nacional.
Invitado de honor
Esperemos que estés con nosotros
Te mandamos una invitación
De rodillas te estaba escribiendo
Que habitaras en mi corazón
La tristeza, dolor y problemas
En tus manos las puse Señor
Hoy queremos gozar de esta fiesta
Donde Tú eres invitado de honor.
Dame Señor, bendición de lo alto
Dame Señor, de tu Espíritu Santo
Es que quiero olvidarme de todo
Lo que estorbe en lo espiritual
Dedicar esta fiesta a mi alma
Que se goce nuestro Rey y Señor.
Nos unimos para recibirte
Bienvenida te vamos a dar
Muchas gracias por haber venido
Muchas gracias al Rey celestial
Que al Hijo le demos la honra
Y al Padre le demos loor
Hoy queremos gozar de esta fiesta
Donde Tú eres invitado de honor.